Galicia liderará un proyecto europeo para recuperar y elevar la producción de berberecho y "dar valor" a todas las bondades del molusco, desde las económicas hasta las ecológicas. El plan Cooperación para la Recuperación de las Pesquerías de Berberechos y sus Servicios Ambientales en el Área Atlántica (Cockles), aprobado poco antes del verano, durará tres años y está cofinanciado por la Unión Europea -que aporta 2,7 millones de los 3,6 que tiene de presupuesto la investigación- a través del Interreg Espacio Atlántico . "Enviamos la propuesta de comienzo del programa a la Administración y creemos que no habrá problema en que empiece el 1 de octubre", explica el investigador del Centro de Investigacións Mariñas (CIMA) -dependiente de la Consellería do Mar-, Antonio Villalba, que participa en el estudio.

Los investigadores del proyecto Cockles aspiran a lograr herramientas de gestión de los bancos de berberecho en países en los que se cultiva poco o nada y desarrollar su presencia en el eje Atlántico porque Galicia es, de todas las zonas que participan en la investigación, en la que más importancia económica tiene el molusco, según el experto del CIMA. Además de este centro dependiente de la Xunta, que se ocupa de la coordinación científica, también participan el Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar) -vinculado igualmente a la Consellería do Mar y que se encarga de la gestión administrativa-, la Universidade de Santiago de Compostela, el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), el pósito de Cambados y otras entidades y centros investigadores de Francia, Irlanda, Reino Unido y Portugal.

Los científicos analizarán la distribución de este molusco en los países del Atlántico y si hay conexión entre las poblaciones. "Las corrientes se llevan las larvas y queremos saber cómo circulan, si es algo local o si llegan a áreas lejanas", detalla Villalba. Esto permitirá saber si el berberecho que se produce en distintos países está aislado, algo que los científicos sospechan que no es así: creen que están conectados, pero desconocen hasta qué punto.

El estudio de este bivalvo permitirá elaborar protocolos de recuperación en las áreas más afectadas por la marteiliosis, una enfermedad que provoca el parásito Marteilia cochillia y que provoca la muerte de los berberechos. "Para lograrlo hacen falta protocolos de cultivo con semilla de criadero, ya que no sirve cualquier berberecho, tiene que ser resistente a la marteilia en Galicia, el único sitio en el que se encuentra", explica Villalba. Los investigadores pretenden fijar unos marcadores moleculares de resistencia a la enfermedad en las zonas en las que se produce y mantenerla lejos de los lugares en los que no existe, manteniendo así las "estirpes locales".

Los científicos evaluarán además el impacto de las especies invasoras y analizarán cómo supera el berberecho condiciones de estrés como el cambio climático.

La producción de este bivalvo en Galicia cayó desde 2012 con la aparición de la marteiliosis. El año pasado los mariscadores gallegos extrajeron 2.028 toneladas de molusco, frente a las 5.024 de 2008, el mejor año de la serie histórica según los datos de la Consellería do Mar.

El proyecto también busca descubrir la productividad máxima de berberecho de una ría, según Villalba, que concreta que otra de las claves del plan Cockles es conocer los beneficios de su venta para consumo humano y también los que tiene como alimento para aves migratorias o establecidas en una zona. "También hay lugares en los que recoger berberecho es una actividad atractiva e interesante para los turistas", indica este experto en referencia a las alternativas existentes entre los países que participan.