El objetivo de la feria Conxemar, que arrancó ayer su XIX edición en Vigo, es superar las cifras del año pasado en volumen de negocio y visitantes, al generar más de 1.800 millones de euros y recibir más de 30.000 personas. "Aquí se sientan las bases para acuerdos posteriores. Es un buen termómetro", analiza un directivo del sector.

El presidente de Conxemar, José Luis Freire, valoró la ampliación del recinto ferial -Instituto Ferial de Vigo (Ifevi)- con la que espera contar para el año que viene y con la que el evento ganará un 15% de espacio neto. Esto permitirá a la feria continuar en la élite que comparte con las de Bruselas y Boston (y con la de China como referente para Asia) y dar cabida a buena parte de los 100 expositores que este año se quedaron en lista de espera por falta de espacio. El sector "se está equiparando" a la automoción y el textil como motores económicos de Galicia, según la conselleira do Mar, Rosa Quintana -quien suplió con su intervención la ausencia del presidente Alberto Núñez Feijóo-, con un volumen de ingresos superior a los 6.600 millones de euros y más de 13.200 trabajadores.

El sindicato de Comisiones Obreras (CCOO) protestó ante el Ifevi para demandar que se retomen las negociaciones del convenio colectivo de elaboradores de productos del mar. Según el portavoz del sindicato, Francisco Vilar, este afecta a más de 2.000 empleados en Galicia.

El efecto clima

Representantes del sector alertaron ayer de las consecuencias del cambio climático. "Hay tiburones comiéndose las merluzas en Gran Sol, merluzas en Noruega y hasta apareció atún rojo en el golfo de Vizcaya", ejemplifica un representante Peixemar. El propietario de Fandicosta asiente: "Antes había ciclos de cinco o seis años, pero ahora no puedo decir cómo va a ser la campaña del año que viene". Estos condicionantes afectan a la planificación de las industrias con flota propia y dan alas a las traders, que no están sujetas a los que ofrece una factoría. "Lo que cuenta para nosotros es la capacidad de adaptación", explica el CEO de Interatlantic -la mayor trader de España-, Luis Cabaleiro. El jueves llegarán las descargas de la nueva temporada de mahi (o perico) en Perú, apuesta de Nueva Pescanova. El año pasado fue desastroso; éste, una incógnita. "La primera vez que lo compré fue a 1,30 euros el kilo, pero la última pagué más de cuatro", ilustra otro directivo.

La escasez a nivel global de cefalópodos obligó a la industria a recurrir el año pasado a proveedores más exóticos para abastecer la demanda. Los elevados precios de la materia prima, trasladada al consumidor, propiciaron un aumento de la facturación en las empresas pese a un descenso de los volúmenes. "El calamar argentino ( illex o pota) desciende ahora a 300 metros para encontrar el agua a la temperatura a la que está habituado", indica un representante del sector, que añade que a esa profundidad no se puede pescar con los buques poteros con los que operan en Argentina empresas gallegas.