Las descargas de pulpo en los centros de primera venta de Galicia cayeron un 47% desde el inicio de la campaña (el 3 de julio) hasta el pasado 30 de septiembre, con 436,6 toneladas subastadas, frente a las 822,6 del mismo periodo del año pasado. El descenso en los desembarques provocó una caída de los ingresos del 27%, con casi 3,54 millones facturados, frente a los 4,86 millones de 2016, pese a que la escasez de cefalópodo impulsó su cotización un 37%.

Este encarecimiento del producto fue lo que provocó que la facturación no cayese en la misma proporción que las toneladas comercializadas. En los tres primeros meses de campaña, el kilo de pulpo se subastó a una media de 8,1 euros, un 37% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando cotizó a una media de 5,91 euros. El presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez, explica que a principios de este mes el pulpo de más de dos kilos -el de mayor calidad- se llegó a comercializar en una lonja coruñesa a 13,85 euros el kilo, frente a los 11,75 euros del que va de los 1,5 kilos a los dos kilos y los 7,35 euros del que supera el kilo pero no llega al kilo y medio.

La escasez de la especie provocó que parte de la flota de artes menores decidiese abandonar la captura del cefalópodo o que, incluso, no participase de inicio en la campaña para evitar hechos como, denuncia el presidente de Asoar-Armega, la venta de pulpo ovado durante el verano. "El pulpo desova casi todo el año, pero hay épocas en las que el desove es muchísimo mayor y habría que analizarlo", reclama Rodríguez. Las descargas de cefalópodo ovado suponen un problema porque "estropean" la campaña actual y "la próxima" al impedir su reproducción. Un factor que se suma al cambio climático y a la variación de las temperaturas en la reducción de las poblaciones.

"No hay recuperación. Las capturas de pulpo no aumentan, están estancadas", lamenta el portavoz de Asoar-Armega, que incide en que en la zona de A Coruña se pescó más que en otras zonas y que las capturas aumentaron respecto al principio de la campaña, cuando eran "irrisorias". Rodríguez se queja de que la flota no puede alternar artes y de que los marineros se ven obligados a tirar "mucha caballa" al mar, lo que supone una pérdida tanto de tiempo como económica, de lo que culpa a la gestión política.

Mientras, las descargas de nécora, al contrario de lo que sucede con el pulpo, aumentaron en la comunidad y entre julio hasta septiembre se subastaron casi 71 toneladas, un 34% más que en el mismo periodo del año pasado (52,8 toneladas). La venta del crustáceo supuso unos ingresos de 1,08 millones de euros, un 16% superiores a los de 2016 (0,93 millones) por su menor cotización. La nécora se comercializó en los centros de primera venta casi un 14% más barata, a 15,2 euros por kilo de media, frente a los 17,64 euros del año pasado.

Rodríguez asegura que el descenso de los precios del crustáceo se debe a la comercialización de mucho foráneo, ya que en la comunidad no hay tanta cantidad como la subastada. "El aumento se debe a las ventas de nécora procedente de zonas de fuera de Galicia y, por tanto, no es nuestra flota quien la captura ni quien la vende", sentencia el representante de Asoar-Armega.