La Comisión Europea presentó ayer su propuesta de posibilidades de pesca para el próximo año, que vuelve a dejar mal parada a la flota gallega. Si los planes de Bruselas salen adelante en la reunión con los ministros de Pesca (los días 11 y 12) de diciembre, los barcos gallegos que faenan en aguas ibéricas y Gran Sol se verían muy perjudicados, como ya ocurrió en 2016, porque los recortes planteados por el Ejecutivo comunitario superan los defendidos por los científicos en las principales especies de interés para Galicia. El cupo de merluza es el más afectado, con un plan de reducción del 19% en Gran Sol y del 30% en aguas del Cantábrico Noroeste.

Con la obligación de llevar todas las capturas a puerto a la vuelta de la esquina -la norma de descartes entra en vigor para todas las especies el 1 de enero de 2019- y si se tiene en cuenta el reparto de las posibilidades de pesca según el criterio de estabilidad relativa -que desde hace más de 30 años relega a España a las últimas posiciones en la distribución- la flota se enfrenta a un escenario "muy negativo", según los armadores gallegos.

"Todo lo que supere un 15% de reducción no es aceptable por el componente socioeconómico", inciden los representantes de la flota gallega. De hecho, el sector considera la proposición de Bruselas "una barbaridad". "Seguimos sin entender algunas propuestas cuando la recomendación de los científicos hablaba de una cuota superior", lamenta.

Esto último es lo que sucede, sin ir más lejos, con la merluza. Según el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), el Total Admisible de Capturas (TAC) de esta especie en Gran Sol tendría que bajar un 4% como mucho y, sin embargo, Bruselas propone un tijeretazo del 19%. Mientras, en el caso de aguas ibéricas, los datos de los investigadores apuntaban a un recorte del 18,6% y la CE lo llevó hasta el 30%. "Nos oponemos a unas bajadas así", sentencia la flota gallega.

En el caso del gallo, otra especie vital para los buques de Gran Sol, el ICES recomendaba una bajada del 2% para el próximo año y el Ejecutivo comunitario aspira a un recorte del 10%. Por contra, en aguas españolas se daría una subida del 20%, frente al 20,7% propuesto por los científicos.

El sector también mira con lupa el futuro del rape. Los científicos planteaban en este caso un escenario más duro, con un recorte del 44,4% de la cuota, mientras que Bruselas lo baja al 2%. En Gran Sol el descenso sería del 12%.

Para el jurel, otra especie de vital importancia para España en el litoral nacional, la CE plantea una subida en el Cantábrico (+21%) y un recorte en la costa atlántica (-24%). Esto, unido al recorte en la anchoa al sur de Fisterra del 43% y a la bajada ya acordada del 20% en la caballa -y con el futuro de la sardina en el aire-, hace que la flota cerquera gallega (con casi 150 unidades) vea peligrar seriamente su futuro.

Si se confirman las rebajas estimadas por la CE en las negociaciones dentro de poco más de un mes, la flota gallega volvería a verse seriamente perjudicada por un sistema que no hace justicia a su capacidad: pese a ser la mayor de la UE (380.000 GT, gross tonnage, el 23,6% del total) es una de las menos rentables de Europa al generar un valor añadido bruto de 37.000 euros por cada trabajador a tiempo completo.