El Servizo de Gardacostas de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, requisó casi 900 kilos de pescado y marisco en varios controles desarrollados en los últimos días, en los que también decomisó 393 aparejos de pesca y 200 metros de red de enmalle. A Costa da Morte fue la zona en la que más incautaciones se produjeron, con 286 útiles y más de 410 kilos de productos pesqueros. El operativo más destacado, en Camariñas, se saldó con el decomiso de 258 kilos de centolla, 16 de nécora y dos de santiaguiño. Los agentes requisaron en la ría de Muros e Noia casi 160 kilos de marisco y cinco aparejos de pesca; en la lonja de A Coruña, alrededor de 24 kilos de aligote ( pancho bicudo) de talla antirreglamentaria y en el puerto de Ribadeo, 14 kilos de centolla.

Gardacostas desarrolló también varios operativos en la ría de Arousa, donde se incautó de más de 139 kilos de pescado y marisco y diez aparejos de pesca. En la ría de Vigo, los inspectores decomisaron 124 kilos de diferentes especies -120 eran de centolla, en un operativo en Baiona-, 22 aparejos y 200 metros de artes de enmalle. Los agentes también desarrollaron un control en Pontevedra, en la zona de Cabicastro, donde se incautaron de 70 nasas y casi nueve kilos de diferentes productos.

Actuaciones de la Guardia Civil

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil decomisó 1.300 vieiras que carecían de documentación y que procedían de la ría de Ferrol el viernes por la tarde. Los agentes intervinieron los bivalvos a una mujer residente en Miño, de iniciales A. M. C. y que viajaba por la AP-9 en un turismo hacia Pontevedra. La Guardia Civil decomisó tanto las vieiras, por no tener acreditadas las garantías sanitarias exigidas, como el vehículo en el que circulaba la mujer.

El Seprona de la Guardia Civil de Oviedo sorprendió a tres furtivos de percebe residentes en Ferrol en punta La Cruz (en el ayuntamiento asturiano de Castropol). Los agentes localizaron a los tres mariscadores ilegales, que tienen antecedentes por causas similares, con trajes de neopreno, útiles de extracción y tres sacos que contenían 30 kilos del crustáceo.