La conselleira do Mar, Rosa Quintana, lamentó ayer la poca flexibilidad de la Comisión Europea con las cuotas de pesca y alertó de que, con esa actitud, pone en riesgo el futuro de las flotas artesanales. La responsable de la política pesquera gallega sostuvo que decisiones tomadas "de manera precipitada" pueden conducir a la desaparición de segmentos con gran impacto social en las zonas costeras. Quintana, que asiste en Bruselas a la negociación de los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2018, se mostró preocupada y cargó contra la rigidez del comisario de Asuntos Marítimos, Pesca y Medio Ambiente, Karmenu Vella, que quiere alcanzar al Rendimiento Máximo Sostenible (RMS, el nivel óptimo de capturas para mantener la actividad a largo plazo) el próximo año pese a que los países habían fijado como límite 2020.

La responsable de Mar, que participa en el Consejo de Ministros de Pesca como representante de las comunidades autónomas españolas, indicó que tanto la ministra de Pesca, Isabel García Tejerina, como sus homólogos europeos reconocen el esfuerzo que hace el sector y que la mayor parte de las especies explotadas cuentan en estos momentos con "buena salud" biológica. "Las Administraciones entendemos que debemos mantener la flexibilidad que nos permita acreditar que somos capaces de conservar las posibilidades de pesca y permitir la viabilidad económica del sector", insistió Quintana.

Sobre Tejerina, incidió en que trabaja para la preservación de los recursos, pero también para mejorar las rentas y el nivel de vida de los pescadores. "La ministra hizo referencia a mantener los principios que defendimos en la reforma de la Política Pesquera Común [PPC]. Los biológicos, pero también los criterios sociales y económicos, para no dar al traste con una importante flota pesquera", apuntó la conselleira do Mar.

"De manera general, España siempre defiende los objetivos medioambientales, pero solamente serían factibles si los hacemos compatibles con los objetivos socioeconómicos", añadió Tejerina, que destacó que la propuesta de la CE "dista un poco" de las prioridades españolas. "Son muchas las especies en las cuales creemos que hay un margen de mejora. A Bruselas le insistimos en que es suya y nuestra la responsabilidad de hacer una política equilibrada", indicó la representante de Pesca, que ya mantuvo reuniones con sus homólogos de Reino Unido, Francia y Alemania para conseguir apoyos de cara al acuerdo de TAC y cuotas que se cerrará, previsiblemente, a última hora de hoy o en la madrugada de mañana.

Quintana prevé una negociación "dura", pero transmitió "tranquilidad" a la flota. "Venimos con argumentos científicos y sociales y espero que seamos capaces de obtener resultados que mejoren la propuesta de la CE", indicó la conselleira.

El sector se juega hoy en Bruselas al menos 46 millones de euros en el reparto de las posibilidades de pesca del próximo año. La cifra corresponde a la venta de las 15.536 toneladas de anchoa, jurel, gallo, rape, merluza y sardina (según el precio medio de las especies recogido en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar) que perdería España si la negociación no logra suavizar la propuesta comunitaria de cuotas para 2018.

Una de las especies que más preocupa a los representantes españoles es la merluza, para la que Bruselas propone un recorte del 30% en aguas ibéricas y del 19% en el norte. La ministra de Pesca pidió aplazar la consecución del RMS para este recurso en el sur "si es posible" un año más, lo que daría un "margen de incremento" en el cupo sin renunciar a mejorar el estado de la biomasa.

Tejerina también pedirá una "pequeña cuota" de cigala en el golfo de Vizcaya, donde Bruselas ya la prohibió este año pese a las protestas del sector al entender que la situación del recurso ha mejorado.