El Gobierno irlandés está en minoría tras las elecciones de 2016 y en el país se apuesta por pasar a "una economía baja en carbono", por lo que ya el pasado verano se logró prohibir la técnica del fracking (fractura hidráulica) en tierra, con lo que se unía en aquel momento a Bulgaria, Alemania y Francia. El Estado se encamina ahora a poner fin a la búsqueda de crudo offshore y a frenar las rondas de licencias desde Dublín.

Pese a que saben que aún queda mucho camino por recorrer, los diputados que patrocinaron este proyecto de ley confían en emular el éxito de 2017 en un movimiento similar a aquel, al comenzar con una victoria en la cámara baja del Parlamento.