Irlanda va camino de unirse a Francia, Belice y Costa Rica como uno de los países que veta la búsqueda de petróleo y gas mar adentro. El estado dio un paso "histórico" -según señalan los medios locales- al prosperar una proposición de ley que prohibe la exploración en busca de crudo en sus aguas, que abarcan principalmente el caladero de Gran Sol, en el que faenan decenas de pesqueros gallegos. La noticia provocó la ira de la industria petrolera, que calificó la propuesta de "decepcionante", mientras que la flota gallega la recibió con satisfacción. Los armadores de la comunidad entienden que el medio marino en el que se desarrollan las prospecciones debe protegido, por lo que calificaron este primer paso como "muy positivo".

El Proyecto de Ley de Medidas de Emergencia Climáticas 2018, presentado por el partido Pueblo Antes de Beneficios, fue debatido esta semana en el Dáil Éireann, la cámara baja del Parlamento del país, bajo la premisa de que al Estado no le hace falta este tipo de industria al valerse de energías más limpias. El Gobierno (del partido Fine Gael, en minoría) perdió en la votación, con 78 votos a favor y 48 en contra, frente al Partido Laborista, el Fianna Fáil, el Sinn Féin, el Partido Verde e Independientes por el Cambio.

Pese a la oposición del Ejecutivo, la medida pasa ahora a una nueva etapa y el día de la votación ya fue proclamado como "histórico" por los medioambientalistas. Algo que, desde luego, no sentó nada bien a la industria que se dedica a explorar los fondos marinos en busca de estos recursos. Según la Asociación Irlandesa de Operadores Offshore (IOOA, por sus siglas en inglés), el veto solo creará "grados significativos de incertidumbre" en un sector que preveía invertir este año al menos 500 millones de euros en el país.

El presidente del IOOA, Pat Shannon, explicó que el Estado obtiene el 60% de su suministro de gas gracias a un yacimiento propio (el de Corrib) y que las energías limpias no representan a día de hoy una alternativa. "Aumentará la exposición de Irlanda a un riesgo del suministro y disminuirá la seguridad energética", apuntó Shannon.

Representantes de los armadores gallegos, por su parte, celebraron la iniciativa. "Es bienvenida", apuntó un portavoz de la flota, que considera que así se evitarían "daños medioambientales". Más de 80 buques gallegos trabajan en aguas de Gran Sol en busca de especies como el rape, el gallo o la merluza. "Desde luego, esta es una buena noticia para el sector pesquero", concluyó el mismo representante del sector.