Alrededor de 30 cerqueros gallegos se desplazarán este mes para capturar caballa (o xarda) en el mar Cantábrico, en la zona del golfo de Vizcaya, donde resulta más fácil pescar el recurso a estas alturas del año. La mayor parte de las unidades, entre 15 y 20, es de gran tamaño y pertenece a la asociación Cerqueiros Galegos, mientras que de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) se movilizarán unos diez o doce buques una vez mejore el tiempo. La reducción del 20% en la cuota de caballa fijada por Bruselas para 2018 -frente al 46% que recomendaban los científicos- dejó al cerco español con un 23,3% menos de posibilidades de pesca de la especie tras el reparto con el arrastre y artes menores -para las que la pesquería arrancó ayer-.

"Ahora mismo ya están allí [en el País Vasco] unos cinco o seis barcos y, de los más de 30 que forman parte de la asociación, seguramente vayan más de la mitad", explica el presidente de Cerqueiros Galegos, Manuel Muñiz. Entre 15 y 20 buques de mayor porte, según los cálculos del representante de la asociación, se desplazan en marzo para la campaña de xarda y se quedan allí una vez consumen el cupo de esta especie para capturar anchoa. Muñiz concreta que irán unos seis buques de Aguiño (Ribeira), seis de Portosín (Porto do Son), cinco o seis de Cambados y "tal vez" tres del municipio lucense de Foz. "Los más pequeños esperan en Galicia a que llegue la caballa", aclara.

La situación es diferente en el caso de Acerga: solo diez o doce buques del centenar que forman parte de la asociación se plantean desplazarse al golfo de Vizcaya para capturar la especie. "Los que barajan quedarse lo hacen por la escasez en la cuota de xarda tras la rebaja del 20%, que supone una bajada importante en las posibilidades de pesca", explica el portavoz de la agrupación mayoritaria de cerco en Galicia, Andrés García. Los barcos que se trasladan hasta el País Vasco son "los mismos o tal vez menos" que otros años. Al igual que en el caso de los que forman parte de Cerqueiros Galegos, las unidades que se quedan esperan a que llegue la especie a la costa gallega para capturarla y, una vez agotado el cupo, "irán a por la anchoa".

El mal tiempo y la ausencia de la especie en la costa impidieron que los cerqueros que ya están en el Cantábrico realizasen capturas significativas. Según Muñiz, en los tres o cuatro días que pudieron salir a faenar consiguieron solo "una poca cantidad" de sardina en la costa de Francia, que en España no se puede pescar.

El presidente de Cerqueiros Galegos asegura que la asociación apoya las medidas para recuperar la sardina ibérica en el caladero y apunta que no se debería cerrar la pesquería en los meses de mayor importancia para los pescadores gallegos, entre junio y septiembre. "Es un recurso fundamental, de mucha calidad, y no se puede permitir que entre sardina de otros mercados que bajen el precio de la que captura la flota gallega", explica Muñiz, que considera que esto podría "estropear" el tejido industrial que hay alrededor de la especie.