- ¿Cómo va a ser el refuerzo de la inspección en Semana Santa?

-Lo hacemos todos los años por estas fechas y Navidad, cuando el marisco tiene unos precios superiores. Incidimos en las especies como el percebe, la centolla o el camarón, que son más susceptibles de que entren en el tráfico ilegal. Intensificamos tanto controles por carretera como inspecciones en restaurantes o lugares en los que se suministran este tipo de productos.

- ¿Está relacionado este incremento con la trama de almeja ilegal llegada de Portugal destapada en los últimos días?

-Ya hace tiempo que veníamos trabajando en lo de la almeja. Lo que se pretende es que todos los productos que se pongan a disposición del consumidor cumplan con todas las exigencias sanitarias que marca la normativa, que no se produzcan engaños y se sepa en todo momento por lo que se paga.

-Se blinda al consumidor.

-Y al productor gallego. Galicia tienen un nombre en marisco que no tienen otros sitios. No podemos dejar que eso lo utilicen algunas personas y lo echen abajo. Hay que trabajar en eso.

-Sobre la trama de Portugal, ¿hay alguna novedad con el caso?

-Nosotros hace tiempo que controlamos la entrada de almeja de Portugal. Lo que no teníamos controlado es la falsificación de los talonarios. Fueron los portugueses los que nos ayudaron a detectarlo. Ahí intervenía la imprenta gallega, con talonarios más baratos que los portugueses y con los que escapaban del fisco. Hay gente que compraba de buena fe y otros que no.

-En lo que va de año se incautaron 5,5 toneladas de pescado y marisco ilegal. ¿No afectó la inclusión del furtivismo en el Código Penal?

-No sabría decir. Supongo que sí, pero el problema es que aún hay pocas sanciones para que sea aleccionador. Hay a quien le da igual ir a la cárcel, pero hay otra gente que a lo mejor echa cuentas y ve que no vale la pena meterse en estos problemas por unos euros. Aún no tuvo el efecto disuasorio que tendrá en su momento. Lo que sí facilitó es la cooperación entre los diferentes cuerpos de inspección y seguridad.

-¿Cómo va de medios Gardacostas?

-Estamos en un proceso en el que se van a cubrir 20 plazas nuevas. Toda la gente que tenemos nos viene bien y cuánta más tengamos mejor, porque el problema de furtivismo no se soluciona sin gente. Lo que tratamos es de optimizar los medios con el resto de cuerpos de seguridad y de inspección, para por lo menos tener controlado este tipo de actividades.

-¿Llegará el día en el que las propias mariscadoras no tengan que vigilar las playas?

-Eso sería lo ideal. Pero recuerdo que es un cultural, como el estraperlo. Son cosas que habría que superar, porque no acabo de entender como la sociedad puede comprar a alguien que te viene con un cubo de percebes. No hacemos lo mismo si nos ofrecen bistecs.

-Por último, ¿se van a renovar más barcos más allá de las dos patrulleras encargadas?

-La idea es ir renovando la flota, porque pasamos un periodo de crisis muy dura en la que no se pudo hacer como nos gustaría. Es conveniente tener siempre los mejores medios para luchar el furtivismo pero también para salvamento o para combatir la contaminación. Hay que ir renovando, queremos que los barcos no tengan más de 15 años, porque el mantenimiento se hace más caro. Si se puede, cambiaremos una o dos cada año de las que tienen menor porte, ya que los barcos más grandes aguantan más tiempo, no hace falta.