Nos preguntamos qué tipo de Cola Cao desayunarán algunos para sacar pecho ante una realidad que les sobrepasa: quieren crear titulaciones pesqueras light ante su incapacidad de generar empleos dignos.

Es el caso del presidente de Agarba (un minúsculo grupo de armadores de bacaladeros), autor de un artículo que justifica la bofetada que quieren propinar a uno de los mejores sistemas de formación marítimo-pesquera del mundo.

A pesar de las presiones, el Gobierno es garante de la legalidad y confiamos en que esta se cumpla.

Algunos están empeñados en crear titulaciones paralelas al actual sistema de formación que permite que cada alumno pueda adaptar a su vida: presencial o a distancia, por curso completo o módulos formativos, pero bajo el rigor que marcan las unidades de competencia de la ley de educación, que también prevé validar la experiencia laboral como recoge el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.

Los méritos extraacadémicos no pueden generar técnicos directivos. Pretenden retroceder décadas y regresar a los terribles índices de siniestralidad marítima, a las condiciones de trabajo de otros tiempos y a ponerse al nivel de países carentes de rigor y garantías en cuanto al cumplimiento de convenios en materia de seguridad, formación, titulación y guardia para la gente de mar y a las dinámicas empresariales y laborales.

¿Por qué cientos de jóvenes alumnos que salen de las escuelas no fichan por el sector pesquero? Porque no son tontos. Esa es la razón. Porque hay empresas que ni les permiten hacer sus días de mar, ni les ofrecen condiciones atractivas, ni por el estado de sus barcos, ni por la conciliación de su vida laboral y familiar.

Se van a sectores que ofrecen condiciones dignas y no a donde no quieren incorporar las reformas sociolaborales de trabajo a bordo al siglo en que viven. La meritocracia y la formación interna sirven para algunos ámbitos de carácter lucrativo o especulativo. Por ejemplo, los bancos, donde muchos de los iluminados que hicieron caer parte del sector financiero eran espabilados chicos de recados que acabaron como brillantes especuladores.

¿Un auxiliar de vuelo puede hacerse piloto de aviación consiguiendo la formación a través de cursillos al margen de la formación reglada para acceder a esa titulación? ¿Un ingeniero es un delineante con banda ancha para que alguien le ayude a calcular resistencias? Pues un titulado náutico-pesquero igual: cursó unos estudios reglados por ley que le habilitan para mandar un barco en óptimas condiciones de seguridad. No sirven atajos.

Y lo del Cola Cao. Los pescadores ya no son aquel negrito, del África tropical. Para aumentar beneficios recurran a la creatividad bien entendida, motor del buen empresario, y no a reducir formación y costes a costa de la seguridad de las personas. Y por cierto, los hermanos africanos también pueden estudiar en nuestras escuelas en condiciones de igualdad y ser directivos como el que más. Advertencia para quien vea fantasmas racistas donde solo hay sarcasmo y réplica.