La actividad mejillonera se consolida como motor económico de Galicia tras alcanzar la tercera mejor marca en producción en lo que va de siglo, con 267.000 toneladas, y experimentar un incremento del 12% respecto a 2016. La cantidad de molusco comercializado para el mercado de la industria -conserveras y cocederos- y de fresco -depuradoras- constituye la mejor cosecha de la década y la tercera más elevada de este siglo, además de representar el 95% de la productividad acuícola gallega (279.000 toneladas que se vendieron por 207,6 millones de euros, cifras más elevadas desde 2009). Las 267.000 toneladas de 2017 solo se ven superadas por las 299.000 de 2006 y las 292.000 de 2004.

El aumento también se produjo en cuanto a los ingresos, que alcanzaron los 122 millones de euros y representan el mejor registro económico de la última década y la sexta mejor marca desde el inicio del siglo, a donde hay que remontarse para encontrar una facturación más alta: 132 millones de euros tanto en 2001 como en 2002, 126 millones en 2003, alrededor de 141 en 2004 y 137 millones en 2006.

Los ingresos descendieron a partir de 2007 (con 98 millones) y se desplomaron en 2013, con apenas 74 millones, por lo que los 122 millones de euros del año pasado fueron un alivio para los productores. Los bateeiros, sin embargo, buscan el modo de valorizar su producto para que cotice al alza, ya que el precio medio sigue bajo y en muchos casos se mantiene el mismo que hace más de una década. Esto provoca que los ingresos no subiesen tanto como la producción de molusco, que fue mayor que la obtenida en muchos de los ejercicios que dejaron la facturación más elevada. El año pasado se vendieron 24.000 toneladas más de mejillón que en 2001 pero los bateeiros ingresaron diez millones de euros menos que entonces.

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Varias circunstancias explican el buen momento por el que atraviesa el sector mitilicultor, como la creciente demanda de producto a nivel nacional e internacional y a la ausencia de episodios tóxicos importantes, que convirtió 2017 en uno de los ejercicios con menor incidencia de lo que popularmente se conoce como marea roja. Esta circunstancia, unida al hecho de que se registraran picos de rendimiento muy altos en el mejillón durante buena parte del año -prácticamente desde junio a octubre-, hizo que el ritmo de descargas fuese muy alto. De hecho, tras abastecer a los clientes de fresco e industria a un ritmo formidable, prácticamente se llegó al último trimestre del ejercicio sin molusco en las cuerdas, por lo que fue preciso recurrir a la extracción del correspondiente a la presente campaña, aunque fuera pequeño, para atender los últimos pedidos.

Las intoxicaciones en Valencia

La Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Comunidad Valenciana informó ayer de que detectó otros doce casos de afectados por una toxiinfección tras consumir mejillones congelados de origen gallego en un hotel de Gandía (Valencia). Según el Gobierno valenciano, ninguna de las personas que comieron el producto necesitaron hospitalización, mientras que los perjudicados en Jávea (Alicante) evolucionan de forma favorable.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, pidió ayer, por otro lado, "esperar" a conocer las razones de la intoxicación de las 39 personas en Alicante por consumir mejillón de origen gallego. "Es un tema sanitario. Se están haciendo las comprobaciones pertinentes y rogaría que esperásemos a que finalicen esas investigaciones para detectar dónde está el problema", indicó la titular do Mar.