La Confraría de Pescadores San Bartolomé de Noia ya tiene su marca diferenciadora para comercializar el berberecho ( Cerastoderma Edule) recogido en la ría de Muros e Noia y que podrá utilizar a partir de septiembre, cuando se reanude la campaña extractiva del molusco. El pósito tenía previsto hacer pruebas hasta que finalizase la actual (hoy) en su depuradora para comprobar el sistema de trazabilidad de la web de la marca.

La entidad hizo públicos en este espacio online los estatutos que regulan su uso en los productos comercializados y uno de sus técnicos, Juan Gómez, asegura que el pósito realizó una serie de reuniones informativas en las que conserveras y depuradoras fueron las más interesadas en el sello. "Vamos a ir a las ferias, como la Seafood de Bruselas, para promocionarlo y darlo a conocer. Hace solo un mes que salió publicado en el Diario Oficial de Galicia", explica Gómez. Los mariscadores y barcos que recojan el recurso en esta zona tienen "de oficio" el sello de calidad Berberecho de Noia. Rías gallegas. Pesca artesanal. Según recoge la cofradía en su web, que hace referencia a datos de la Consellería do Mar, las lonjas que éste administra en Testal (Noia) y O Freixo (Outes) venden el 70% del berberecho de la comunidad. El año pasado, según los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, la entidad noiense subastó 2.185 toneladas por 11,5 millones de euros de un total de 3.082 toneladas por 15,94 millones vendidas en las lonjas gallegas.

La propia cofradía solicitó el proyecto que facilitó la creación de este sello, el Valober.GAL, que comenzó en 2016 y termina en octubre de este año. "No es posible una Denominación de Origen Protegida (DOP) del berberecho, por eso nosotros creamos una marca de calidad específica que tienen los mariscadores a pie o a flote que acceden al banco y a la que se pueden adherir los compradores", explica el técnico del pósito. "No solo se diferencia el gallego del de Irlanda u Holanda, sino también el de Barallobre del de Noia. Esto es gracias al microbioma, que permite distinguir los berberechos de los diferentes bancos de un mismo plan de explotación", indica Gómez. El microbioma es el conjunto de microorganismos del cuerpo animal y sus genes.

La página web del berberecho de Noia permite a cualquier persona conocer de dónde procede el producto que compró. El usuario puede introducir el "código de trazabilidad" (que suele coincidir con el lote del artículo) del envase y saber si efectivamente esa lata contiene molusco extraído de la ría de Muros e Noia.

Las reglas principales

El reglamento de la marca colectiva del berberecho de Noia establece que su talla mínima será de 28 milímetros. La conservación del bivalvo, además, debe hacerse sin emplear ningún producto -incluido hielo- y su transporte de forma directa, sin dejar los moluscos en ningún punto intermedio desde que se recogen hasta que llegan al centro de primera venta, para lo que se dispone de doce horas. Los lotes de berberecho no se podrán mezclar con otros diferentes a los de la marca en ninguno de los procesos de manipulación (depuración y procesado). El sello garantiza que los productos fueron extraídos en bancos abiertos y no venderá aquellos que tengan las conchas rotas, dañadas o débiles (cierre lento de valvas) o que contengan molusco muerto y establece que los comercializadores serán aquellos que compren el berberecho en alguna de las lonjas gestionadas por la cofradía, estén inscritos como "usuarios comercializadores autorizados" y registren la trazabilidad del producto.

El sello cuenta además con un órgano de control -formado por el patrón mayor, los vocales, el cuerpo técnico y el coordinador de los vigilantes del pósito- que tiene capacidad sancionadora y puede suspender de forma definitiva a un operador de la marca para su uso si estima que actuó contra la salud pública o el propio sello diferenciador.

Responsables de la entidad también se reunieron a mediados de marzo con investigadores de la universidad de Aveiro que estaban interesados en conocer el sistema de trazabilidad del pósito. Los científicos estudian cómo comprobar si un recurso procede de una zona determinada. Según Gómez, una vez se procesa el berberecho, el método de los lusos no permite verificar si el producto se extrajo de Noia, algo que sí posibilita hacer el sistema desarrollado en el marco del proyecto Valober.GAL. El 80% de las capturas de la zona, según apunta el técnico, se destinan a la conserva.