Galicia pretende ahora, con planteamientos del Gobierno autonómico, recuperar a buena parte de los muchos jóvenes -entre estos verdaderas promesas en el mundo de la investigación- que puedan promover en esta comunidad autónoma una recuperación que, si no es por esas juventud, no se va a producir.

Uno no sabe si es que la Xunta ve la soga en el cuello o si ya está calculando los efectos del ahorcamiento de los planes de investigación de una tierra que tiene suficientes campos en los que labrar para alcanzar una suficiencia que no tiene y de la que carece desde hace muchos años.

A la vista de todo ello, los socialistas gallegos han solicitado la puesta en marcha de un Instituto de Investigación Marítima que, en Galicia, desarrolle una actividad similar a la que en el País Vasco desarrolla el Instituto AZTI, todo un referente en España (y la UE) en la investigación marítimo-pesquera. De este modo, afirma el portavoz de Marisqueo del Grupo Socialista, Julio Torrado, se paliarían las acumuladas indiferencias mostradas por la Xunta ante la divulgación tecnológica, uno de los programas, junto con el de investigación, que dispone en la comunidad gallega de menos inversión. Torrado lamentó el "desinterés" de los Gobiernos gallego y estatal, que "afianzan los recortes, carecen de políticas de impulso del I+D y asfixian las universidades", para advertir, además, que el sector profesional siente "desconexión y los trabajadores permanecen ahogados por una Administración ineficiente".

La propuesta de tomar el AZTI como modelo a seguir conduce a la integración y coordinación, el vínculo con la productividad empresarial y el impacto en la agenda gubernamental.

Si Galicia sigue el modelo Rajoy en el Gobierno central no llegará a buen puerto. Máxime si tenemos en cuenta que, como destaca Julio Torrado, ese modelo redujo el presupuesto para I+D un 33%, provocando que disminuyesen las patentes un 60%, que se produjese la pérdida de 80.000 empleos y la salida del Estado de 30.000 investigadores formados en los centros universitarios españoles. Algo que, sinceramente, la comunidad gallega no puede permitirse, concluyo.