-¿Cree que debería ser obligatorios los observadores electrónicos a bordo? ¿Es la solución para reducir los descartes?

-Si [el monitoreo] no es obligatorio, la regulación no sirve para nada. Tenemos que tener un impacto real en las pesquerías y la única forma es esa. Habrá que consultar con armadores, patrones, políticos y científicos para que, entre todos, se llegue a una conclusión de qué conviene más para que haya recursos e industria mañana. La sostenibilidad pesquera no es un asunto de biología marina, sino de conservar la industria.

-¿Entonces falta solo la regulación?

-Sí. Es lo que pasa con los atuneros, que tienen que llevar un observador científico. Es caro, ocupa un camarote, se le tiene que dar de comer? Se acordó con [el centro tecnológico] AZTI que se puedan poner medios de monitoreo electrónico en lugar de observadores, y varias empresas lo hacen. Lo complicado es pasarlo a los barcos medianos. A nivel mundial los de palangre cumplen menos del 5% de la cobertura de observadores y los más pequeños aún menos. Eso es como no tener nada.

-¿Cómo se podría cubrir a esos barcos más pequeños?

-Tenemos un producto para ello, pero creo que tenemos que ir poco a poco, de buques grandes a pequeños. Tenemos un prototipo que funcionó en la reserva de Os Miñarzos [en Lira, Carnota] con excelentes resultados. No era con cámaras, sino con sensores. Toda la información la manejaba la Xunta y se sacaba mucho partido.

-¿Qué tal fue la alianza con la firma canadiense Archipelago?

-Muy bien, con mucho trabajo que hacer. Tenemos en desarrollo el Electronic Eye Versión 7, una combinación de la tecnología de ambas firmas para hacer un equipo de lo más configurable del mercado. Colaboramos fuertemente en ese proyecto. Ellos tenían un sistema que desarrollaban desde 1999, más centrado en equipos dentro del puente.