Las descargas de sardina en la lonja de A Coruña alcanzaron las 4,38 toneladas en la primera semana de campaña (entre el pasado 1 de mayo y el martes día 8) lo que supone un incremento del 11% respecto al mismo periodo del año pasado (3,94 toneladas). El aumento de las subastas en el centro de primera venta coruñés contrasta con el drástico descenso que registraron en el conjunto de la comunidad, donde se desembarcó un 75% menos de recurso (15,72 toneladas) en la primera semana de actividad que en 2017 (63,24 toneladas), según los datos provisionales recogidos por la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

La lonja de Burela es otro caso significativo. El año pasado el centro de primera venta lucense no subastó sardina en la primera semana de mayo, frente a las 2,93 toneladas, por las que obtuvo 3.959 euros, de este. Lo mismo sucede en Aldán-Hío (Pontevedra), con 6,7 kilos de recurso comercializados.

Los representantes del cerco gallego aseguran que las capturas hasta ahora son "testimoniales" porque la flota no dirige su actividad a esta especie ante el límite de 1.000 kilos por barco y semana (en junio y julio serán 6.000 kilos) establecido y los precios, "más bajos" de lo que esperaba el sector.

Los ingresos sufrieron una variación paralela a la de las descargas. La facturación de la lonja coruñesa aumentó un 35,5%, hasta los 3.617 euros, frente a los 2.668 euros de la primera semana de mayo del año pasado, cuando la flota ya llevaba dos meses con la pesquería de sardina abierta. El precio medio de la especie en A Coruña subió un 20,6%, hasta los 0,82 euros por kilo (0,68 euros el ejercicio pasado).

Los ingresos por la comercialización de este recurso en los centros de primera venta gallegos fueron un 64,5% inferiores, con 20.545 euros, frente a los 57.854 de 2017.

El portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, explica que la caja de 15 kilos se vende a entre doce y 15 euros pero que la flota espera que, con el cambio de mes, la demanda y el precio aumenten.

El sector, por otra parte, acogió con desconcierto los resultados preliminares de la campaña Pelacus del Instituto Español de Oceanografía (IEO) sobre el estado de la sardina, según los cuales los ejemplares jóvenes escasean en el norte de Galicia y el tamaño es mayor del que debería tener en primavera. "Los marineros vieron sardina en la costa de Asturias y otros años no la hay. El recurso se recupera, cada vez vemos más y los patrones lo graban cuando lo localizan", indica García, que considera que "algo falla" cuando sector y científicos tienen visiones diferentes sobre una misma especie.

El representante de Acerga también explica que aún no sabe cuando embarcarán los observadores científicos en los buques, tal y como recoge la resolución del Ministerio de Pesca del 30 de abril. "Suponemos que embarcarán cuando venga la temporada fuerte de pesca dirigida", explica el portavoz de la asociación mayoritaria de cerco en Galicia.

La captura de sardina está regulada este año por un plan de gestión entre España y Portugal que recoge menos posibilidades de pesca que en 2017 y topes más bajos con el objetivo de poder mantener abierta la pesquería y proteger los juveniles. Estas razones motivaron que la actividad comenzase dos meses más tarde que el año pasado y con un límite de 14.600 toneladas repartidas en dos periodos para ambos países, frente a las 17.000 de 2017. La flota española puede capturar el recurso desde el 1 de mayo, mientras que la portuguesa lo hará a partir del 21. "La situación de Portugal es diferente a la nuestra, están parados y la tripulación y el armador cobran, pero nosotros necesitamos salir a pescar. Si estuviésemos en su situación, igual proponíamos lo mismo que ellos", concluye García.