El hundimiento del pesquero Rigel en aguas argentinas la semana pasada provocó que las autoridades del país obliguen a la flota a que doten de trajes de supervivencia a todos los marineros. El problema de la medida es que la Prefectura Naval ha dado un plazo de solo 10 días hábiles, a lo que el sector ha respondido que se trata de algo "imposible de cumplir". "No nos oponemos a esto, como tampoco a toda medida de seguridad a bordo, pero dentro de unos plazos razonables", señaló el gerente de la Cámara Pesquera de Armadores de Pesqueros y de Congeladores de la Argentina, Eduardo Román.

Los gremios Simape, SOMU, Siconara y Centro de Patrones llegaron a un acuerdo con las autoridades del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Seguridad para desarrollar la medida. Según la disposición de la Prefectura, todo barco de más de ocho metros de eslora que faene alejado más de tres millas de la costa deberá disponer de estos trajes para toda la tripulación. Román recuerda que se trata "de varios miles de trajes" y señala que sería necesario analizar "el tipo de flota", ya que a su juicio "no es lo mismo un buque fresquero que un buque congelador". En el país trabajan más de 60 buques de firmas gallegas.

El Rigel, un barco fresquero de 28 metros de eslora, se hundió el pasado fin de semana. A bordo iban nueve personas y, según informaron medios locales, tan solo apareció el cuerpo del capitán. La flota pesquera gallega que se encontraba en la zona colaboró en las labores de búsqueda, pero solo se localizó una balsa flotando en el lugar desde el que emitió su última señal.