Las dificultades por las que atraviesa el sector pesquero no impiden que haya algunos armadores decididos a seguir en la actividad y construir nuevos buques. Tanto la flota de artes menores como la de cerco incorporaron nuevas unidades fabricadas en la comunidad en los últimos años. Es el caso de los barcos que elabora el Astillero Fibramar, en Laxe (A Coruña), que están en el proceso de construcción de dos embarcaciones.

"Un barco es para A Coruña, tiene 22 metros de eslora por seis de manga y es para la flota de cerco", confirma uno de los responsables de la firma, Javier Carracedo. El astillero comenzó la construcción de este buque en enero y prevé acabarlo entre septiembre y octubre. "Es para dos armadores que tienen embarcaciones pequeñas de madera", añade el portavoz de la empresa.

La otra unidad que prepara Fibramar es para el País Vasco, medirá doce metros de eslora, por 4,25 de manga, y será para artes menores. Los responsables de la empresa prevén entregarla pasado el verano.

El astillero de Laxe tiene estos dos encargos este año, pero ya el ejercicio pasado construyó tres pesqueros: un cerquero para Bueu, uno de artes menores para Corcubión y otro para Suances, en Cantabria. Tres buques para el sector que, sin embargo, contrastan con las 13 embarcaciones de recreo que fabricó el astillero en lo que va de año. De hecho, según Carracedo, en la actualidad el astillero negocia la construcción de un bateeiro porque los profesionales del sector acuícola "están más animados" de cara al futuro.

"Se nota que las normativas pesqueras son más exigentes y que la gente se piensa más lo de construir barcos", explica Carracedo, que considera que las políticas de pesca actuales fomentan más la destrucción de la flota que la fabricación de pesqueros para desarrollar la actividad. "Antes había subvenciones para la nueva construcción; ahora se subvenciona el desguace", lamenta el responsable de Astilleros Fibramar.