Cerca de 70 embarcaciones gallegas de cerco se concentraron ayer en A Coruña, entre los muelles de Linares Rivas y A Palloza, para alzar la voz y las sirenas en protesta por la situación de "acoso" que dicen vivir a diario con las inspecciones de la Guardia Civil. La flota denunció con este acto reivindicativo las condiciones en las que trabaja desde hace unos meses. "Las numerosas inspecciones que realiza la Guardia Civil son una persecución a nuestro entender. Cada día es peor, sufrimos un acoso tremendo", aseveró el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García.

Las acusaciones de la flota se centran en dos agentes que a su parecer se están excediendo en sus labores y en las formas. "Estos dos guardias civiles se comportan de manera déspota, abusando de poder cuando realizan las inspecciones, que muchas veces se alargan más de media hora. Hasta tal punto llega el acoso y la intimidación que intentaron mirar en las bolsas personales de los marineros", relató García, que adelantó que la asociación tiene previsto presentar una demanda judicial y una denuncia ante la Valedora do Pobo. Acerga optó por emprender acciones legales tras la respuesta recibida del superior de los guardias civiles a una queja formal que presentaron los armadores. "Hablamos con el jefe de servicio de la Guardia Civil, su superior, y no arreglamos nada", lamentó el representante de la asociación, que quiere encontrar una solución a una situación en la que, alerta, "va a aparecer la violencia como el acoso y la intimidación sigan". "No queremos que eso pase", apostilló el portavoz de la flota.

García indicó también que el sector solo tiene problemas con la Guardia Civil, pese a que no es el único organismo que realiza inspecciones en las embarcaciones. "Gardacostas y la Autoridad Portuaria también hacen su trabajo y con ellos no tuvimos ningún desencuentro", indicó el también patrón mayor de Sada.

Fuentes de la Guardia Civil aseguraron a este diario, sin embargo, que el número de registros e inspecciones no ha variado en los últimos meses y que no hay ninguna campaña de acoso contra los cerqueros. Una portavoz del Instituto Armado lamentó que los pescadores "no están haciendo las cosas como deberían" y resaltó que el Instituto Armado solo hace su trabajo y vela por el cumplimiento de las cuotas. Unos cupos que, según la Guardia Civil, los patrones están superando: "Las denuncias de las que tenemos constancia no son por coger un 10% más del recurso, sino por pasarse bastante de la cantidad que pueden pescar". Pero la cuota de pescado no es el único aspecto en el que se centran las inspecciones. El material de salvamento -como los chalecos- está entre los equipos que se revisan y si no está al día se comete una infracción muy grave que puede derivar en sanción. "Hay casos en los que los barcos tienen los chalecos caducados, y eso es motivo de denuncia porque en un caso de emergencia puede costar vidas", aclaró la portavoz del Instituto Armado.

La protesta de ayer fue un paréntesis en la campaña de pesca de sardina del cerco gallego. Las embarcaciones están capturando recurso, pero en las lonjas no están obteniendo buenos precios. "En la subasta la caja de 15 kilos de sardina se vendió a entre 12 y 18 euros, un precio muy bajo", lamentó Andrés García. La esperanza de que las cotizaciones mejoren sigue puesta en la noche de San Juan, aunque cada día que pasa disminuye. Los armadores no ven el problema en la cantidad de sardina, ya que "se pesca bien", sino en los precios que obtienen en los centros de primera venta. "A estas alturas tenemos claro que no se alcanzarán cotizaciones tan buenas como las del año pasado", concluyó el representante de Acerga.