La campaña de la centolla finaliza hoy en las provincias de A Coruña y Pontevedra -en la de Lugo la veda se iniciará el día 30- después de siete meses de capturas -la extracción de este crustáceo empezó el 1 de noviembre del pasado año- en los que las cifras mejoraron con respecto al pasado ejercicio. Las lonjas gallegas vendieron más de 530 toneladas de la especie por un importe que supera los 4,5 millones de euros, según los datos provisionales recogidos por la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. Esto supone un aumento del 96% -casi el doble- de producto subastado y un 27% más de facturación en comparación con la pasada campaña.

La lonja de A Coruña fue la que más centolla comercializó, con un total de 112,805 toneladas de recurso, por las que obtuvo 781.250 euros. El kilo de crustáceo se vendió en el centro de primera venta coruñés a un precio medio de 6,93 euros.

La veda de la centolla no es la única que comienza hoy, ya que también se inicia la del buey. Este año llegaron a las lonjas cerca de 17 toneladas de este recurso que se comercializaron por más de 130.000 euros. En comparación con la anterior campaña, la flota capturó un 17% menos de crustáceo, pero se vendió un 26% más caro. El puerto de A Coruña volvió a ser el que más producto recibió de esta especie: 5,49 toneladas, que se subastaron por 26.783 euros, a un precio medio de 4,87 euros el kilo.

La veda de centolla y buey tendrá diferentes duraciones según las provincias. En A Coruña y Pontevedra empieza hoy y durará hasta el 11 de noviembre. El caso de Lugo es distinto, ya que estos crustáceos se dejarán de extraer el 30 de junio y se podrán volver a capturar a partir del 2 de diciembre. Son los periodos que establece la resolución de la Xunta por la que se aprueba el plan de gestión de estas especies para la campaña de extracción 2018-2019.

Objetivos de la veda

Durante el tiempo que dura la veda queda expresamente prohibida la captura de estas especies para todas las embarcaciones y de cualquier arte de la comunidad. Las embarcaciones que se dedican a la captura de buey y centolla con nasas tendrán que retirarlas del mar y llevarlas a puerto. Este veto es una de las medidas que pretenden favorecer el aumento de la biomasa y regular la pesquería de estos dos crustáceos para ajustar la gestión pesquera al ciclo de vida de la especie a la vez que se protege su reproducción y contribuye a una explotación más sostenible.