Miren ustedes por dónde, nos acabamos de enterar de que los dos helicópteros de los que se desprendió la Consellería do Mar y que ahora prestan servicio a la misma Consellería -en régimen de alquiler y pagando más a la empresa que los explota- se ven obligados a superar mayores requisitos de los que se exigen a otros servicios de rescate aéreo de España. Nada ha dicho de si estos requisitos actuales son también superiores a los que imperaban cuando los Pesca 1 y Pesca 2 eran las niñas bonitas de la Consellería.

Y es que no hay nada como privatizar un servicio público para que todos veamos la capacidad que el gobierno tiene para exigir más allá de lo que hasta el momento de la venta de las dos aeronaves se tenía como ejemplo en el servicio aéreo de rescate en el estado español.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, dijo recientemente en el Parlamento que el pliego de condiciones del contrato vigente impone unos requisitos a los helicópteros del Servizo de Gardacostas "superiores a los que exigen otros servicios de rescate aéreo de España". Desconozco la opinión de las otras comunidades autónomas que disponen del mismo servicio. Por ejemplo, el País Vasco.

Ahora se justifica una operación que ha levantado ampollas en el sector marítimo-pesquero de Galicia. Por ejemplo: la operación de venta ha contado con el aval de un informe emitido por un ingeniero y que ha sido visado por el Colegio de Ingenieros Aeronáuticos y que, para amortizar el gasto de la compra de las dos aeronaves (antes de que se depreciaran más), se procedió a su venta "teniendo en cuenta la rapidez con la que la tecnología avanza y que corren el riesgo de quedar obsoletos antes de su segunda década de vida". Estos helicópteros, presentados en su momento como la quintaesencia de la aeronáutica, cumplirán 20 años en 2025. De verdad que no me explico cómo ha durado tantos años el Helimer Galicia, de Salvamento Marítimo, que tras ser sustituido en el aeropuerto de Alvedro, continúa prestando servicios en otra zona de España.

Como argumento irrefutable, Rosa Quintana apeló a la depreciación de las aeronaves, que iría en paralelo a su envejecimiento y al encarecimiento de las reparaciones necesarias, siempre por cuenta de la Administración gallega. Y el broche de oro: no se debe "jugar a confundir a la gente y a meterle miedo".

Helo ahí, conselleira: los que llaman la atención sobre esta operación económica son los culpables de que el tiempo deprecie los helicópteros. Algo que, evidentemente, ¿no tuvieron en cuenta cuando los adquirieron? ¿Tampoco contaban con que las operaciones de mantenimiento de los susodichos helicópteros tendrían que ser abonadas con los dineros aportados a la Administración gallega por todos los ciudadanos gallegos?

Menos mal que ha reconocido que los Pesca 1 y Pesca 2 han realizado "misiones sumamente dificultosas y exigentes", porque sino seguro que los venden antes.