Catorce kilómetros de mar, dicen, nos separan en el estrecho de Gibraltar del hoy Reino de Marruecos. Es una distancia ínfima. Pero, al mismo tiempo, cuán lejos se hallan uno del otro reino y cuántos obstáculos impiden la aproximación. Por ejemplo, en materia pesquera.

La Comisión Europea, en nombre de los estados miembros, negocia la renovación de distintos acuerdos de pesca, pero es fundamental para el sector pesquero español -lo fue muy especialmente para la flota cefalopodera gallega- el que tradicionalmente se mantenía con Marruecos y que, años ha, ese país norteafricano y España (entonces estado no integrado en la hoy UE, entonces CEE) suscribían bilateralmente.

Es este, repito, un acuerdo de vital importancia para los intereses del sector pesquero español y así parecen entenderlo también Alicia Villauriz, secretaria general de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y Joao Aguiar, director general de Pesca y Asuntos Marítimos de la Comisión de Pesca (DG MARE) de la Unión Europea. Ambos se mostraban esperanzados recientemente en que las negociaciones en curso fructifiquen en un acuerdo positivo en próximas fechas.

Es, a todas luces, necesario ese acuerdo. Especialmente para las flotas pesqueras de Andalucía y Canarias; pero, al mismo tiempo, para las de Galicia, País Vasco, Portugal y, aunque menos, Francia e Italia.

El sur de la UE se juega mucho en ese envite negociador. Y la comunidad gallega no puede -ni debe- olvidar que buena parte de los orígenes de su flota en aguas extranjeras (además de en Gran Sol y Terranova) está en los caladeros marroquíes en los que, además de pescar, enseñó a miles de ciudadanos marroquíes a emplear artes para ellos desconocidas en el mundo de la pesca. En esta, armadores, patrones, contramaestres, maquinistas o motoristas y marineros de cubierta han sido fundamentales en la formación práctica de los profesionales de la pesca de origen marroquí, que completaban esa formación con la teórica que se les impartía en las escuelas de formación pesquera del ISM. Por ejemplo, en la de Bamio (Vilagarcía), todo un ejemplo a seguir.

Alicia Villauriz se reunió con Joao Aguiar a principios de este mes de julio. Se sabe, como queda dicho, que abordaron en su encuentro la necesidad de la renovación del acuerdo de la UE con Marruecos. Es tiempo, ya, de revitalizar la negociación, de poner todas las cartas sobre la mesa. Sin Marruecos, o con Marruecos tan lejos, el sector pesquero español es menos sector. Y, aunque a Galicia los caladeros marroquíes les queden más lejos que a los canarios y los andaluces, estoy convencido de que hay pulpos que, de poder expresarse en algún idioma, lo harían en gallego de las Rías Baixas.

Un empujón más, por tanto, ahora que ya se ha tratado de dar pulo al estado del asunto.