Ya han tomado posesión de sus cargos -lo hicieron el pasado martes 3 de julio- las tres personas que, bajo las órdenes del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se encargarán de regir los destinos de la pesca en España: Alicia Villauriz Iglesias, como secretaria general de Pesca; María Isabel Artime García, como directora general de Recursos Pesqueros, y Juan Ignacio Gandarias Serrano, como director general de Ordenación Pesquera y Acuicultura.

Todos ellos -el ministro incluido- tienen ante sí el reto de, como ha dicho el propio Luis Planas, "no mantener las cosas como estaban, sino transformarlas y conseguir un país más próspero, más sostenible y socialmente más justo". Porque, dijo también el ministro, no se trata de volver al pasado, "sino que nos orientamos a un futuro con un sector pesquero [que al igual que en la agricultura, la ganadería, medio rural, las industrias alimentaria y el sector forestal] en el que están planteándose nuevos retos de cara al futuro".

Para todo ello Luis Planas solicitó a su nuevo equipo rigor en el trabajo, claridad en las explicaciones para que los ciudadanos entiendan los mensajes y el trabajo que se lleva a cabo, honestidad y transparencia, y coherencia entre las palabras y los hechos para dar seriedad, prestigio y credibilidad a la función pública".

No es pedir poco. Si los nuevos cargos logran al menos un 60% de lo estipulado por el ministro, en poco tiempo no habrá quien reconozca el sector pesquero español que adolece, como siempre ha ocurrido, de falta de claridad y transparencia en las acciones de gobierno y una entrega seria que otorgue prestigio y credibilidad en la defensa de un sector en el que ni los propios responsables gubernativos del mismo han creído.

El sector pesquero precisa de esa claridad y firmeza, sobre todo ante sus socios de la UE y la propia organización supranacional en la que muy pocos creen actualmente. De ahí que pedir por boca del ministro lo ya señalado me parezca, cuando menos, un esfuerzo de sinceridad.

Los tres espadas del Ministerio en su vertiente pesquera ya están sobre aviso. Y el sector lo sabe. Si cualquiera de ellos no cumple satisfactoriamente, habrá que recordarle las palabras de Luis Planas en su toma de posesión del cargo: seriedad, prestigio y credibilidad. Y si no es así, tocará salir por la misma puerta utilizada para acceder a una responsabilidad que, sin duda, está mejor pagada que la de cualquiera de los trabajadores del sector pesquero.

Así que, señores, buena proa.