La sardina debería de dejar de pescarse en 2019 en España y Portugal. Un informe publicado por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) expone la gran disminución de existencias de sardina que hubo en los últimos años. El estudio señala la falta de biomasa -peces adultos- como principal argumento para prohibir su captura. La cifra actual es inferior a 0,4 millones de toneladas, menos de la mitad del límite biológico de seguridad. A esta situación hay que sumarle que en 2017 la cantidad de nuevos peces en edad reproductiva fue menor de 5.000 millones de toneladas.

La prohibición de pescar esta especie en 2019 se traduciría en un aumento del 9,8% de la población de sardinas adultas, factor indispensable para asegurar la continuidad y reproducción de la especie.

El Gobierno de Portugal lucha contra la falta de recurso desde que el CIEM emitió en octubre un informe en el que recomendaba suspender la pesca en aguas ibéricas. Su Ejecutivo implantó medidas, como la prohibición total de capturas durante los cuatro primeros meses del año para garantizar la sostenibilidad de la pesca.

En España y en Portugal la captura del recurso está regulada por un plan de gestión para proteger la especie y que limita la pesca fijando cuotas. La flota de ambos países no podrá pescar más de 14.600 toneladas durante la campaña y además tiene un tope hasta el 31 de julio, que en el caso español no permite capturar más de 2.445 toneladas.