Los mariscadores de la ría de Ferrol llevan cinco semanas sin poder extraer vieira por la presencia de toxina amnésica (ASP), que apareció cuando solo habían podido completar cuatro días de campaña. Los pescadores esperan los resultados del análisis de las muestras de agua recogidas el pasado martes para ver si podrán retomar la actividad pronto pero, pase lo que pase, tendrán que esperar a un segundo análisis para confirmar la ausencia de toxina. "Si esta prueba diera bien, cosa poco probable ya que hay mucha toxina amnésica en Galicia, tendríamos que hacer otra, y si esa da positiva entonces podríamos salir de nuevo a faenar", explica el representante de la campaña de vieira de la Confraría de Pescadores de Ferrol, Jaime Gabarri. En caso de que los resultados fuesen favorables en ambas ocasiones, la flota ferrolana podría volver de nuevo a la actividad la semana del 30 de julio.

Los mariscadores encontraron vieira con facilidad en las jornadas en las que pudieron extraerla, la semana del 11 de junio. "Las embarcaciones llegaban a media mañana con el cupo cubierto -69 kilos por tripulante-. Estaba yendo bien", indica Gabarri. Los pescadores desembarcaron 2.000 kilos diarios de recurso, un total de 8.000, ya que solo pudieron faenar del 11 al 14 de junio pese a que tenían previsto que la campaña de extracción se prolongase cinco semanas. El molusco recogido en esa semana pasó también las pruebas pertinentes para confirmar que los niveles de toxina amnésica no superaban los límites. "Tuvimos que analizar las vieiras que habíamos cogido antes de mandarlas a la planta evisceradora. Las retuvimos, las analizamos y, como el nivel era el correcto, las tratamos", explica el representante de la flota. La campaña estaba siendo "muy buena" tanto en cantidad como en calidad: "Las vieiras eran muy buenas, de una calidad superior", destaca Gabarri.

La comercialización de estas ocho toneladas del bivalvo comenzó pocos días después de su evisceración, aunque gran parte del recurso fue comprado incluso antes de salir de la planta. "Del total de vieiras que capturamos, 6.000 kilos los compró la empresa Novas y Mar de Cambre. Las evisceramos y se las entregamos listas y envasadas", detalla el portavoz del pósito ferrolano. Los 2.000 kilos restantes quedaron en la planta evisceradora para su comercialización por varias vías: en el mercado de la Magdalena (Ferrol), en Fene -en mariscos Riobó- y a mayoristas. Los mariscadores de Ferrol realizan la venta por unidad y su precio varía en función de si es para el público general o para distribuidores. "La unidad está sobre los 2,5 y los 3 euros para el consumidor final, pero a los mayoristas se la ofrecemos a entre 2,1 y 2,5 euros", concreta Gabarri, que añade que de esas dos toneladas casi no les quedan existencias.

Como consecuencia de la inactividad de los mariscadores ante la presencia de toxinas en la ría de Ferrol, la planta evisceradora lleva parada desde el 15 de junio, por lo que tan solo estuvo en funcionamiento la semana que la flota pudo salir a capturar vieira. Las embarcaciones, por el contrario, siguen se dedican a la captura de otras especies ante la imposibilidad de extraer vieira. "Cada armador decide a qué pesquerías acude. Por el momento el pulpo y la nécora son las mejores alternativas", expone Gabarri.

La flota afectada por la prohibición de recoger este molusco está formada por una docena de embarcaciones. Siete son de la Confraría de Pescadores de Ferrol, tres del pósito de Mugardos y dos de Barallobre.

La planta evisceradora empezó a funcionar el 12 de junio, pero solo tuvo cuatro días de actividad. Su construcción partió de la iniciativa de los trabajadores de la zona ante la imposibilidad de tratar las vieiras en las otras dos plantas existentes en Galicia. Los mariscadores de Ferrol estuvieron dos años sin poder salir a faenar porque no tenían a donde enviar los ejemplares para tratarlos y ahora están a expensas de lo que pase con las toxinas.