Alberto Paz Viñas es el portavoz de la Asociación de Exmarinos de Noruega, Long Hope, una organización que defiende desde 2008 los intereses de los profesionales que prestaron servicio en buques de la flota mercante de Noruega hasta 1994. Long Hope lucha para que el país nórdico les pague las pensiones que les corresponderían por su trabajo a bordo y agradece el cambio dado por el nuevo Gobierno, que ya inició gestiones sobre este conflicto, frente al inmovilismo del Ejecutivo del PP. En España hay unos 12.000 afectados, de los que unos 8.000 son gallegos.

- Hace 10 años que crearon la asociación y que llevan luchando por sus pensiones. ¿En qué punto está su situación?

-Ha mejorado considerablemente, no es óptima, pero desde que cambió el Gobierno es sensiblemente diferente. Nos reunimos con el ministro [de Exteriores, Josep] Borrell y ya hubo un contacto directo del presidente [del Ejecutivo, Pedro] Sánchez con la primera ministra noruega, Erna Solberg, para hablar de este tema. Eso no quiere decir que sea la panacea, pero es lo que debería haber hecho el gobierno del PP hace más de dos años. Por lo menos se ve que hay intención de tratar algo, aunque la primera ministra noruega se escudó diciendo que el tema está en los tribunales.

- Pero si está en los tribunales es porque ustedes demandaron.

-Sí, por eso respondí con un desmentido diciendo que si están en los tribunales es porque nosotros los llevamos por su egoísmo, avaricia y racismo. Porque si mañana se sienta a negociar con España nosotros le retiraríamos la demanda. Es un aviso para navegantes porque ella quiere demostrar que la mala fe es nuestra, porque desde que se comenzó a tratar con Noruega seriamente en 2014 hasta que presentamos la demanda transcurrieron dos años. Noruega y el Gobierno español creyeron que esto era una bravata nuestra, que nos cansaríamos con cuatro negativas, pero no, porque cada respuesta negativa que recibimos nos da más ánimos.

- ¿Cuántos juicios tuvieron hasta el momento?

-Tuvimos dos, el que tendremos el 13 de febrero sería ya el tercero. Nosotros no pensamos en ganar ningún juicio en Noruega; tú a la casa del enemigo no vas a buscar nada. Es un proceso ineludible porque hay que agotar la vía interna para poder ir al Tribunal de Derechos Humanos y llevar nuestra demanda a trámite. Ahora nos queda el juicio del próximo año y acudir al Supremo para agotar la vía judicial noruega y poder ir al tribunal de Estrasburgo.

- Su objetivo es llegar al Tribunal de Derechos Humanos, ¿pero podría decirse que el tiempo se está convirtiendo en un enemigo?

-El tiempo juega en contra nuestra por razones de edad, pero la vida es así y tiene que seguir. Malo para los que se van, pero los que quedan tienen que seguir luchando. Esto es una agonía por razones de edad, no cabe duda, y una sangría económica, pero hay que hacerle frente a las cosas. Como se suele decir, al mal tiempo buena cara y nosotros sabemos mucho de malos tiempos. Hemos saltado tantas piedras en el camino que esta montaña tampoco nos asusta.

- ¿Ven la posibilidad de que se pueda llegar a un acuerdo extrajudicial para solucionar el problema?

-La verdad no sé lo que va a ocurrir. Puede pasar de todo, pero no puedo asegurarlo. Pase lo que pase ambas vías son buenas para nosotros. Las dos siguen ahí en pie, una no anula la otra.

- ¿Este Gobierno les mostró má s apoyo que el anterior?

-Sí, la cosa cambió mucho. Hubo una entrevista al más alto nivel, que no se llegase a ninguna conclusión en ese momento lo veo lógico porque era solo una primera entrevista. Vamos a ver lo que da de sí el Gobierno, porque palabras no son amores. Pero independientemente de todo eso es mucho más positivo lo que está ocurriendo que lo que llegó a hacer el PP.

- ¿La reunión entre Pedro Sánchez y Erna Solberg fue la primera vez que el Gobierno intercedió en su causa?

-No, el Gobierno español tuvo otros contactos con Noruega, pero siempre fueron oportunistas. El ministro de Asuntos Exteriores noruego venía a España porque a algún ministro español le coincidía alguna reunión por otros asuntos. Nunca fue una cosa tan directa y seria como este encuentro. No es lo mismo que hable un ministro con otro que que hable el presidente de un país con el presidente de otro personalmente.

- ¿Qué temas trataron en la reunión que tuvieron con el ministro Borrell?

-Le explicamos todo: cómo estaba el proceso judicial, lo que esperamos que haga el Gobierno español, lo que le pedimos, y también le recordamos lo que habían hecho sus antecesores, que fue prácticamente nada. Le hablamos sobre la ronda europea de manifestaciones que estamos realizando y cuando nos despedimos le dijimos que a ver si no teníamos que volver a manifestarnos delante del Ministerio. Él nos contestó que les diéramos un tiempo. En septiembre les llamaremos para ver si hay algún avance y, según lo que haya, tomaremos medidas.

- En esa ronda de manifestaciones por Europa, ¿qué ciudades visitaron y cuáles están pendientes?

-Estuvimos en Trafalgar Square, en Londres, en la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, en Trocadero, en París, en Ginebra y venimos ahora de Dublín. En agosto vamos a Estocolmo, en septiembre a Copenhague, en octubre a Helsinki y nos quedan Viena, La Haya, Roma y Atenas. En febrero volvemos a Oslo, pero si vemos que aquí no hay movimientos eficaces también haremos manifestaciones en Madrid, en A Coruña y en Santiago.

- ¿Cuántas manifestaciones r ealizaron hasta la fecha?

-La protesta de Dublín fue la número 100. En algo más de dos años realizamos ya un centenar de manifestaciones en España y en Europa. En Oslo estuvimos varias veces, en Bruselas también, a Asturias fuimos cuando se realizó la entrega del Premio Princesa de Asturias. A todos los sitios a los que podamos ir vamos. No nos imponen las barreras lingüísticas. No tenemos miedo a nada ni a nadie porque no hacemos daño a nadie, solo estamos reclamando lo nuestro y la razón y el derecho nos acompañan.

- La semana pasada se reunieron con los grupos políticos gallegos en el marco de la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones (MERP). ¿Cómo fueron esos encuentros?

-Todos los partidos conocían nuestra situación, les hablamos un poco de nuestra causa, pero ese no era el tema que íbamos a tratar. Aprovechamos la situación para hacer un recordatorio, en especial al PP, porque el resto de partidos siempre nos respaldaron. Como les dije a los representantes del PP, es cierto que al final nos apoyaron, pero siempre forzados por la oposición. Lo único que hicieron fue engañarnos cuando fueron las elecciones ofreciéndonos 70.000 euros para que saliéramos de las calles, a ver si colaba. Pero no coló.

- El Parlamento gallego aprobó una propuesta para que el Gobierno interponga una demanda interestatal contra Noruega. ¿Ven posible que esa demanda se plantee si no se alcanza un acuerdo extrajudicial?

-La demanda interestatal en este momento no se va a poner porque se lo pedimos así al ministro Borrell. Nos preguntó qué deseábamos y le dijimos que en este momento la demanda interestatal no, porque crearía litispendencia con la que nosotros tenemos interpuesta en Noruega. También le dijimos que si el Gobierno se quería personar ahora como tercera persona en la demanda que tenemos en marcha puede hacerlo. El ministro nos dijo que no tenía una varita mágica pero que se iba a hacer todo lo posible por llevar esto a buen puerto.

- Cuando fueron a Oslo, ¿notaron que apoyaban su causa?

-Sí, bueno, noruegos hay favorables y los hay en contra porque no solo hay gente ignorante en España, también la hay en Noruega. Siempre fue un país semicomunista encubierto. Allí todo funciona bajo sistema. Unos tienen la pestaña más abierta y otros más cerrada. Cuando estuvimos en Oslo en la entrega de los Premios Nobel, los medios de comunicación noruegos tenían prohibido acercarse a nosotros, sin embargo en otras ocasiones que fuimos sí estuvieron y lo cubrieron. No tienen libertad de prensa, publican lo que les dicen.

- ¿Su problema tiene arreglo político?

-Sí, pero el Gobierno español debe tratar a Noruega de otra forma. Si el Ejecutivo hubiera realizado los contactos pertinentes y se hubiera puesto en el lugar que se tenía que haber puesto esto estaría más que resuelto. El anterior Gobierno pasó olímpicamente de nosotros. Tampoco sabemos qué va a pasar con el nuevo, pero por lo menos pinta de otra manera. Actuó con otra diligencia y con más rapidez. El contacto fue a un nivel más alto y personal.