El número de barcos que conforman la flota de Galicia decrece paulatinamente. Un total de 4.419 embarcaciones repartidas en los diferentes caladeros integraban la flota gallega el año pasado, lo que supone un descenso de 492 buques con respecto a 2008, cuando había 4.911 barcos (un 10% más). Esta caída es una constante año a año, aunque la cifra de embarcaciones disminuyó solo un 0,25% entre el pasado ejercicio y 2016, cuando había registradas 4.430.

La provincia que más barcos perdió es Pontevedra, un total de 234 en diez años, al pasar de 2.221 buques registrados a 1.987. A Coruña redujo el volumen de su flota en 195 buques -el pasado año la formaron 2.263 barcos por los 2.458 del 2008-, mientras que en Lugo la cifra se quedó en 63 embarcaciones menos (de 232 pasó a 169), según los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

La mayoría de los puertos de A Coruña perdió alguna embarcación, aunque hay seis excepciones. En Ares y Mugardos la cifra de barcos era la misma en 2017 que diez años atrás. La sorpresa está en los puertos que tuvieron el pasado año más embarcaciones que en 2008, como el de Noia (que sumó 30), el de Ferrol (con once más), o los Sada, Pontedeume y Barallobre. El mayor descenso de buques lo protagonizaron A Pobra y Ribeira, con 33 y 32 menos respectivamente, y el de A Coruña, que pasó de 120 barcos a 96 en una década.

Pontevedra muestra peores números que los puertos coruñeses, ya que en esta provincia tan solo cuatro dársenas añadieron barcos a su flota. La de Combarro fue la que más creció con 12 embarcaciones, seguida de Arcade con nueve. Por otra parte, la mayor caída se vio en el puerto de Vigo, cuya flota descendió un 29,7% -en 2008 tenía 158 barcos, pero el año pasado su número era de 111-. El puerto de Redondela perdió 30 buques, mientras que el de Moaña 29.

Lugo cuenta con seis puertos, y todos salvo el de O Vicedo vio como el número de barcos descendió. El caso más destacado se produjo en Celeiro, que perdió 25 embarcaciones.

El caladero más afectado por el descenso de barcos en esos diez años es el del Cantábrico Norte con 406 buques menos (en 2008 la cifra era de 4637, mientras que en 2017 se quedó en 4.257 barcos). Dentro del caladero Cantábrico, las artes menores son las que más peso tienen, por tanto son también las que más sufrieron el descenso: la flota pasó de estar formada por 4.247 barcos -en 2008- a los 3.927 del año pasado. Las pesquerías comunitarias, formadas por arrastreros y palangreros de fondo, perdieron en esta década 71 embarcaciones ya que pasaron de 139 a 68.

Las pesquerías internacionales redujeron también su número de arrastreros, cerqueros y palangreros de superficie, pero en menor cantidad al pasar de los 135 buques de 2008 a los 100 del pasado ejercicio.