El próximo 29 de marzo a las 23.00 horas se ejecutará la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea (UE). Sobre qué pasará ese día después giran numerosas incertidumbres, pero solo una certeza: que, por las particularidades del huso horario en España, la salida se producirá un día después, a medianoche del 30 de marzo. La flota gallega contiene la respiración a la espera de que se despeje la incertidumbre que sobrevuela dos de sus principales caladeros -Gran Sol y Malvina-, cuyas reglas de juego podrían sufrir un vuelco.

Los negociadores disponen de un plazo de 200 días para pactar los términos de la salida y la factura que debe abonar el Gobierno británico, una condición necesaria para desbloquear este periodo transitorio hasta diciembre de 2020 propuesto desde la capital del Reino Unido. "No habrá periodo transitorio si no se tienen claras las condiciones de retirada", explica el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touza.

El 18 de octubre y el 13 de noviembre son las dos fechas marcadas en rojo en el calendario de la flota gallega que faena en aguas británicas. Será en esos días cuando se celebre la reunión del Consejo Europeo y la cumbre extraordinaria por el Brexit. "Si no se aprueba antes de estas fechas lo tendremos muy difícil porque el tiempo es muy escaso", comenta Touza, que se declara "encantado" por el optimismo del negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier. El político francés se mostró confiado por la posibilidad de lograr un acuerdo en el plazo de "seis u ocho semanas" para tres materias: "el precio de la salida, las condiciones del periodo transitorio y la declaración política conjunta, con las líneas maestras del futuro acuerdo", resalta el presidente del Consejo Consultivo de Larga Distancia (LDAC), Iván López.

Las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea tendrían que volver a construirse desde cero en caso de no alcanzar ningún acuerdo. Un extremo que Iván López descarta que se produzca por los inconvenientes que traería para ambas partes. "Los dos están interesados en cerrar el acuerdo antes de marzo. Sería perjudicial para ambos no lograrlo", recalca López en línea con el embajador británico en España, Simon Manley, que la semana pasada recalcó en Galicia que ya se había logrado un acuerdo para el 80% de las materias.

Touza considera que, pese a toda la incertidumbre que rodea a la situación, existe otro punto a favor: el histórico pragmatismo de los británicos. "Confío en que tomarán decisiones, aunque tengan un impacto electoral negativo, antes que poner en riesgo su economía", detalla el presidente de ARVI, que se muestra partidario de lograr un acuerdo "próximo al statu quo actual: acceso a sus aguas y sin aranceles".

Los otros "exámenes"

La flota gallega no solo aguarda a que los negociadores de la Unión Europea y Reino Unido lleguen con los deberes hechos al 30 de marzo. Una vez superado este trámite se abriría un periodo transitorio de 20 meses de margen para negociar cómo se regirán las relaciones entre el país y el bloque comunitario, aunque sobre este último punto hay aún numerosos matices que aclarar.

De momento nada se sabe de cuáles serán las restricciones que aplicará el Gobierno británico para faenar en sus aguas ni si aplicará los mismos criterios en Gran Sol que en Malvinas. La incertidumbre se extiende hasta el punto de que ni siquiera se conoce quién estará sentado en la mesa al lado de la Unión Europea. El actual comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, podría abandonar su cargo en función del resultado de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de mayo. "La última vez se tardó en designar al comisario hasta noviembre", advierte el presidente de LDAC, que considera que este factor podría influir en las negociaciones.