La flota gallega dedicada a la pesquería de raya afronta lo que queda de año con la confianza de que la cuota anual de 1.338 toneladas que tiene asignada le llegue hasta finales de diciembre. El objetivo de los pescadores gallegos es capturar este recurso durante la Navidad, algo que estuvieron a punto de no poder hacer el año pasado debido al cierre de la campaña el 1 de diciembre para evitar la sobrepesca. El sector planteó en ese momento a la Secretaría General de Pesca una propuesta para reabrir la captura de la especie al coincidir con el inicio de la campaña de la centolla -complemento importante de la raya en Navidad-, y el Gobierno atendió la petición (realizó un adelanto de la cuota, el 10% de la prevista para 2018), aunque con límites: los barcos solo pudieron capturar 150 kilos por semana.

El Ejecutivo estableció topes semanales desde mediados de año y el sector está tranquilo pese a que ya no puede pescar raya mosaico ( Raja undulata) desde el sábado. La Secretaría General de Pesca comunicó el cierre precautorio de esta especie en la zona VIIIc -del golfo de Vizcaya a Fisterra- desde el 15 de septiembre, pero esta es solo una de las especies de raya que captura la flota gallega y su cierre no sorprendió al sector porque es un recurso del que hay poco stock (el 14 de junio cerró también su captura en la zona IXa, de Fisterra al golfo de Cádiz). "La mosaico es un tipo de raya de la que hay muy poca cantidad. En Francia no la pueden pescar porque está en peligro", resume el presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Tomás Fajardo. Por ello, pese a la imposibilidad de pescar este recurso, Fajardo está tranquilo y confiado en llegar a finales de año sin que se cierre la pesquería gracias a la buena planificación realizada desde junio: "Mientras estén abiertas las otras especies de raya saldremos del paso", asevera.

La flota tiene mejores expectativas de cara a finales de año porque elaboró un plan de gestión -en el que estaban el arrastre, las artes menores gallegas y las federaciones del Cantábrico Noroeste- para el presente ejercicio y en febrero se lo presentó a la Secretaría General de Pesca. "Marcábamos tres periodos de actividad con diferentes cantidades para las flotas y en función de la época del año, para extender la pesca de la raya hasta fin de año", recuerda Fajardo. Esa era la línea general por la que apostaba el sector. El Gobierno elaboró dos borradores -el segundo definitivo con cambios respecto al primero-, pero finalmente no llegó a publicar la orden para regular la pesquería.

"Después de presentar el segundo borrador y de que el plazo para presentar alegaciones terminara no tuvimos más respuestas", lamenta Fajardo. No había cupos fijados, por lo que la actividad se regía por la conocida como pesca olímpica: las embarcaciones pescaban hasta agotar la cuota, que este año es de 1.338 toneladas. "Preguntamos por escrito, mandé una queja al secretario general -por aquel entonces Alberto López-Asenjo-, por miedo al cierre anticipado pero siguieron sin contestar", relata el presidente de las cofradías gallegas.

Finalmente, en junio Fajardo obtuvo la explicación a la falta de regulación de la pesca de la raya, y que le dejó más tranquilo. "Coincidí con el subdirector y me dijo que el consumo era bajo, así que no era necesario marcar pautas", indica el líder de los pósitos.

Pero a la llegada del nuevo Gobierno se establecieron topes semanales en la pesca de la raya, lo que dio más seguridad al objetivo de llegar a finales de año con cuota. "Cada barco de artes menores solo puede capturar 100 kilos a la semana por pesquero", detalla Fajardo, lo que permitirá "estirar" el cupo.