La incidencia del furtivismo en Galicia baja, al menos de acuerdo con el balance de infracciones por esta actividad irregular registradas en los primeros siete meses del año. Los datos facilitados por la Consellería do Mar revelan que las infracciones por furtivismo en aguas gallegas -e incluso en tierra- descendieron un 27,5% entre enero y julio de este año respecto al mismo periodo del pasado ejercicio al pasar de 2.156 casos a solo 1.564. El descenso de la actividad ilícita se produce en todo el litoral gallego con la única excepción del entorno de la ría de Pontevedra, donde las infracciones aumentaron un 0,65%. También hubo un aumento en Ourense, pero se trataron de irregularidades en tierra, principalmente descubiertas en controles de tráfico.

Uno de los motivos de la reducción de las infracciones fue la menor presión inspectora respecto a 2017 -cayó un 13,5%, al pasar de 7.526 controles a 6.512-, pero las irregularidades descendieron en mayor medida (ese 27,5%), con lo que o bien bajó el furtivismo o mejoró la picaresca de los trabajadores ilegales para evitar los controles de fuerzas de seguridad y vigilantes.

Estas cifras dejan como resultado que este año los agentes descubrieron una infracción por cada cuatro inspecciones realizadas, mientras que el año pasado hallaron una por cada tres controles y medio.

Pero no solo bajaron los controles y las irregularidades, también las incautaciones. Los cuerpos de seguridad retiraron en los primeros siete meses del año 9.065 útiles de pesca usados por furtivos, frente a los 12.783 del mismo periodo de 2017 (un descenso del 29,1%). La zona de Vigo-A Guarda fue la que más notó la reducción, al pasar de más de 4.000 utensilios el año pasado a apenas 1.500 hasta julio.

Mientras, las toneladas de productos del mar decomisadas ascendieron a 100,6, un aumento del 365% respecto a las cifras del anterior ejercicio (21,6 toneladas). El alza afectó a casi toda la costa gallega -excepto las zonas de Vigo-A Guarda y el área de Ferrol-, pero el caso más llamativo se produjo en la zona comprendida entre A Coruña y Malpica, donde las incautaciones llegaron a las 45,5 toneladas en solo siete meses, frente a los 614 kilos del pasado año.

El subdirector del Servizo de Gardacostas, Lino Sexto, explicó recientemente que la cantidad de marisco decomisado suele ser la misma todos los años y que los aumentos -como el registrado este año- suelen obedecer a que algunas actividades ilícitas se computan como furtivismo pese a no corresponderse con la actividad de furtivos comunes.