La flota arrastrera congeladora gallega que tuvo que abandonar Guinea-Bisáu el pasado noviembre podrá regresar el próximo año al caladero. El país africano y la Unión Europea volverán a firmar un acuerdo pesquero este mismo año tras haber sentado las bases del pacto ayer en Lisboa en la que fue la quinta ronda de negociación entre ambas partes. Alejadas ya las pretensiones económicas que defendía el Gobierno de José Mário Vaz en un principio, los negociadores acordaron tanto las toneladas que se podrán capturar como la contrapartida monetaria a pagar por Bruselas. El sector se mostró satisfecho con las primeras informaciones, ya que se han visto escuchadas sus propuestas y cerca de una quincena de barcos podrán volver a la que consideran la mejor opción de pesca en el noroeste africano.

El propio director general de Pesca de la Comisión Europea (DG Mare), João Aguiar Machado, explicaba el pasado martes en Galicia durante su visita a la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA, por sus siglas en inglés) que el acuerdo está ahora "muy próximo" y que "seguramente se cierre ya este año". Aquella misma tarde finalizaba la ronda de negociaciones y fuentes próximas a la misma aseguraron que quedó todo listo para "firmar el acuerdo en un plazo breve". Sin concretar las cifras del pacto, sí se sabe que será por cuatro años y que la contraprestación económica aumentará ligeramente, superando los diez millones de euros.

La Asociación Nacional de Cefalopoderos (Anacef) es la principal de la flota gallega que se beneficiará del pacto. Antes de que expirara el anterior protocolo hasta una quincena de buques faenaba en el caladero, convirtiéndose en el más importante ante las restricciones de Mauritania y Marruecos y la escasez del pacto con Senegal. "Estamos descontentos con la tardanza pero a la vez vemos positivo el nuevo acuerdo, que por lo que sabemos es razonable y se tuvo muy en cuenta al sector", explica el presidente de la asociación, Francisco Freire, cuyos buques se han pasado a la captura de especies demersales tras la expulsión de Mauritania en 2012.

A su juicio, "ahora lo importante es que entre en vigor lo antes posible", ya que asegura que la flota "está tirada desde que expiró". Con los seis permisos de Mauritania, la flota "se podía defender", pero las posibilidades de pesca se agotaron y ahora muchos barcos están en puerto. "Tenemos un par de embarcaciones en Angola y tres en Guinea Conakry, todas con acuerdos privados. Luego alguna está en Malvinas. Están desperdigadas y, en general, mal", señala Freire, que también descarta que vayan a probar finalmente en Sierra Leona: "Está muy difícil". La flota de la asociación está compuesta actualmente por 17 embarcaciones.