Jaime Martínez-Urtaza es científico del Centre for Environment Fisheries and Aquaculture Science (Cefas) de Reino Unido especialista en seguridad alimentaria global y epidemiología. A finales de septiembre impartió en la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas de la Universidade da Coruña (UDC) una charla sobre el cambio climático en el medio marino y aseguró que este proceso ya no tiene solución, por lo que la clave es conocerlo para prevenir su impacto.

- ¿Las enfermedades infecciosas que aumentan con el cambio climático podrían afectar también a los seres vivos marinos?

-Sí, he colaborado con otros investigadores para estudiar las enfermedades en acuicultura. Suelen darse problemas asociados a la producción masiva. Las poblaciones salvajes son más difíciles de analizar, aunque se estima que el cambio climático tendrá un impacto en la distribución de especies en el mundo. A nivel de supervivencia, que les afecte una enfermedad a estos peces es más difícil de probar. En acuicultura hay más problemas relacionados con esto, como muertes masivas. Hay una variante de la bacteria Vibrio parahaemolyticus que causa estas muertes de camarón y langostino en zonas tropicales. Lo difícil es probar el efecto del cambio climático, ya que es una producción en un sitio concreto con unas condiciones controladas.

- Las corrientes marinas también están cambiando, por ejemplo, con El Niño. ¿Estos cambios afectan también a los peces?

-No soy experto en biología ni en seres marinos, pero evidentemente sí que les afectarían. Imagínate que hay un calentamiento en las aguas de los fiordos noruegos, no podrán criar salmón porque se acortaría su ciclo de crecimiento. El cambio climático tiene efectos negativos para unas cosas, pero para otras los tiene positivos. Lo único que hay que hacer es entenderlos, conocerlos, estudiarlos y desarrollar medidas de adaptación. Esto es muy importante. Hay que analizar su impacto, viendo cómo te puedes adaptar a ello y estableciendo estrategias de mitigación contra los efectos. Esto se está haciendo en todo el mundo, aunque desgraciadamente aquí no estamos volcados ni le dedicamos mucha atención.

- ¿Con el cambio climático también cambian las costumbres de la gente?

-Cambia el clima. Nosotros lo que tenemos que hacer es modificar nuestras costumbres para adaptarnos a esta nueva situación y eso es lo que no se quiere asumir. En menos de una generación se observan los cambios climáticos. Antes esto se daba en cientos y miles de años pero ahora en menos de una generación se aprecian las diferencias.

- Estimó que en la zona del Báltico se iba a llegar a un estado de calentamiento crítico en 2050.

-Sí, los resultados decían que en ese año las infecciones llegarían a la altura de Finlandia, sin embargo en 2014 ya llegó al punto más septentrional del mar Báltico. El Vibrio, que es tropical y de agua caliente, en principio solo estaba en Asia, pero ahora está casi en el Polo Norte.

- ¿Este hecho se adelantó a sus predicciones porque empeoró la situación?

-Las proyecciones las hacemos en base a unos modelos. Podemos prever con los datos históricos, que son los que alimentan el modelo, la proyección. Observamos que el calentamiento es más alto que el que se podía prever según los datos históricos que teníamos en aquel momento. Con el cambio climático varía la temperatura, los hábitos sociales cambian, bebes más agua, comes más... El número de impactos es infinito.

-¿Qué medidas hay para combatir el Vibrio?

-Es una bacteria de las miles de millones que hay en el mar. Es natural, no tiene que ver con la contaminación. En ese sentido no hay forma de luchar contra ella. Hay que conocerla, saber cómo está, su dinámica, saber su frecuencia y a partir de ahí diseñar las formas de reducir la exposición y minimizar los riesgos. En Galicia hay muy poquitos casos y el impacto a nivel Europa, quitando la zona del Báltico, también es pequeño.

- ¿Con los años puede que cambie la dinámica?

-Sí, es posible. En zonas como el norte de Europa, según nuestras proyecciones, ya se ve. En el Báltico es un problema de primera magnitud. Los datos recientes de Reino Unido también anticipan un escenario distinto al que todavía no se llegó. Lo que Galicia fue hace 20 años en cuanto a clima, se está dando ahora en el sur de Inglaterra. Estas bacterias se mueven según las zonas de calor y cada vez las localizamos más cerca del Polo Norte. Es un reflejo del clima, por eso llamamos al Vibrio el barómetro del cambio climático: es el perfecto indicador.

- ¿Hay alguna forma de detener el cambio climático?

-No, no hay vuelta atrás. Por eso los pasos a seguir son entenderlo y adaptarse para mitigarlo. Esta línea es la que se sigue a la hora de estudiarlo. Hay que conocer y entender lo que está pasando porque si no, no puedes establecer ninguna medida para paliar los posibles impactos.