La flota gallega se juega entre hoy y mañana buena parte de su futuro. Los ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) se citan en Bruselas para el consejo en el que se decidirán los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas para 2019, un año en el que además se aplicará de forma íntegra la obligación de desembarque, o lo que es lo mismo, la prohibición del descarte pesquero. Sobre el papel la propuesta de la Comisión Europea (CE) presenta una buena perspectiva al plantear un mantenimiento o subida en el grueso de los cupos. Pese a que el sector reclama un aumento más significativo, las administraciones están convencidas de que es uno de los mejores puntos de partida que se recuerdan en la negociación. Sin embargo, existen sobre la mesa dos grandes retos: por un lado, evitar el desplome de la cuota de merluza en aguas ibéricas (se plantea un 14% menos) y, por otro, lograr el mejor escenario posible de cara a la eliminación de los descartes. España, en este sentido, apuesta por la creación de una "bolsa de cuotas" .

El Gobierno no se centrará únicamente en el "fundamental" stock de merluza, según reconocen fuentes diplomáticas, sino que también buscan garantizar esas flexibilidades para que los buques españoles no tengan que cesar su actividad como consecuencia de los descartes.

Las primeras deliberaciones entre ministros tendrán lugar hoy a primera hora, pero después los debates se centrarán en los puntos agrícolas y las delegaciones abrirán entonces los contactos bilaterales y trilaterales. Las posibilidades de pesca para 2019 volverán a la mesa de los ministros mañana por la mañana y se prolongarán hasta que se cierre un acuerdo. Se espera que este no se cierre, como en los últimos años, hasta bien entrada la noche.

A partir del 1 de enero todas las capturas deberán ser desembarcadas en los puertos, lo que puede provocar problemas a los buques que tienen poca o ninguna cuota de algunas especies que pueden caer en sus redes. Las llamadas especies de estrangulamiento ( choke species) para la flota española son sobre todo el bacalao, eglefino, merlán y carbonero, para las que España no tiene cuota. "Necesitamos ajustes, flexibilidades o minicuotas para esas" especies, reconocen las mismas fuentes, que añaden que el Gobierno lleva trabajando en esta cuestión desde principios de año e "intensamente" durante las últimas semanas.

El ministro de Pesca Luis Planas y su equipo intentarán conseguir que los intercambios de cuotas ( swaps) entre países sean un mecanismo "permanente y obligatorio" al menos en un porcentaje, de forma que los Estados miembros no se puedan negar a lo largo del año a realizar este tipo de traspasos de posibilidades de pesca.

Además de la merluza, la propuesta del Ejecutivo comunitario también propone recortes para el rape del Golfo de Vizcaya (-7%) y de Gran Sol (-2%) y la cigala capturada en la zona IXa (-26%). También pide mantener cerrada la pesquería de cigala en el Cantábrico. En cambio, apuesta por incrementos de la cuota de merluza del norte (2%), jurel del Gran Sol, del sur y del norte de Fisterra (20%, 18% y 69%, respectivamente) y de gallo de aguas ibéricas y del Golfo de Vizcaya (35% y 40%, respectivamente).