"El hecho de que las ballenas estén apareciendo en pleno mes de diciembre indica que siguen ahí, dado que la última vez que las avistamos fue en octubre. Comenzamos a verlas en julio este año", insiste el experto biólogo y director del BDRI, Bruno Díaz. "La presencia de ballenas en nuestras aguas no es casual; es una confirmación de que las grandes ballenas se están alimentando todavía en aguas gallegas", indica tras 192 días de trabajo de campo, desde puntos de observación costero y a bordo de embarcaciones de investigación y 3.800 kilómetros recorridos.

"Las aguas de la comunidad gallega son extremadamente ricas. No hay muchos lugares del planeta que puedan presumir de una presencia de cetáceos tan rica como la costa de Galicia. Y eso es importante también a efectos de conservación. A través del conocimiento y de estos datos, se pueden hacer planes de conservación de diferentes especies que sufren el impacto de la actividad humana", añade.

La ballena azul descubierta hace ya un año por el equipo del BDRI fue todo un premio para los profesionales que dirige Bruno Díaz. A finales del pasado año, después de avistar más de medio centenar de ejemplares, la comunidad científica parecía tener claro que este majestuoso animal ha venido para quedarse definitivamente.