La Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) ha finalizado el proyecto Holoplus tras conseguir un modelo estandarizado para el procesado y elaboración de la holoturia, comúnmente conocido como pepino o carallo de mar. El proyecto gallego ha encontrado salida comercial para una especie capturada en Gran Sol y que hasta ahora estaba siendo descartada o poco aprovechada por parte de los armadores. Solo un dato: el kilo de producto procesado (en este caso, deshidratado) alcanza un precio aproximado de más de 75 euros, con lo que de lograr elaborar las 800 toneladas que captura la flota gallega que faena en el histórico caladero se podrían alcanzar ventas por valor de cerca de 60 millones de euros. Con ello, se busca seguir la estela dejada por otras especies que pasaron del ostracismo comercial a ser un referente, como el fletán o el marujito.

El pepino de mar es un equinodermo que desde el punto de vista nutricional cuenta con un alto contenido en proteínas, micronutrientes, ácidos poli-insaturados y minerales. Hay descritas unas 1.400 especies, aunque las principales que captura la flota gallega son la Parastichopus regalis y la Parastichopus tremulus.

El apetito por este producto de países como China, Malasia o Taiwán ha sido clave para el desarrollo de Holoplus, cuyo lanzamiento terminó de forma oficial ayer con la presentación de resultados. La armadora Eire Pesca (con su buque Skellig Light II), Grupo Josmar, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Vigo y la patronal conservera Anfaco han participado en una iniciativa que tenía por objetivo conocer mejor la especie y estandarizar el procesado tanto a bordo como en tierra y desarrollar una plataforma para planificar la producción y la optimización.

En el caso del trabajo a bordo, se ideó una serie de máquinas para el parque de pesca capaces de procesar y almacenar de forma homogénea la holoturia. El proyecto piloto se realizó en el arrastrero Skellig Light II basándose en los procesos artesanales de Asia, como explicó ayer José Luis Fernández, trabajador de Grupo Josmar. "Hasta ahora no se hacía y no había un protocolo", añadió Fernández. Por otro lado, también se desarrolló un equipo para una planta en tierra en la que se testó toda la maquinaria que se identificó para poder llegar al deshidratado del pepino de mar.

Hablando de las cifras, la instalación a bordo supone unos 30.000 euros, que según la investigación se recuperarían en un plazo de dos años. En el caso de la instalación en tierra el precio supera los 300.000 euros. Todo ello para alcanzar una producción anual de pepino de mar congelado de más de 78.000 kilos y en seco de poco más de 4.000.

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, también estuvo presente en la presentación y explicó que el trabajo del sector acredita la apuesta por una pesca "cada vez más sostenible" y por la valorización de especies con poco interés comercial, una situación que se vivió con otras especies. Quintana puso a Holoplus como ejemplo de investigación para eliminar los descartes y aprovechar "de forma integral los recursos pesqueros".