El cerco gallego cerró 2018 con un descenso del 23% en las descargas de sus especies objetivo -anchoa, jurel, caballa, sardina y cabalón- al llevar a puerto 73.082 toneladas por las 94.989 toneladas del 2017. El jurel fue la especie más pescada por la flota cerquera el año pasado, por lo que desbanca al cabalón como pescado más importante para este segmento. A pesar de esta caída en las capturas, los ingresos apenas disminuyeron un 0,14% ya que el pasado año las lonjas gallegas facturaron por estas cinco especies 58,2 millones de euros mientras que en 2017 la cifra fue de 58,3 millones.

Los cerqueros capturaron un 56,6% menos de cabalón durante el anterior ejercicio, ya que se descargaron 23.351 toneladas de xarda pintada por las 53.826 de 2017. Los centros de primera venta ingresaron un 46,6% menos por esas 23.351 toneladas de la especie: en 2018 facturaron 10,3 millones de euros en comparación con los 19,4 millones recaudados hace dos años. Al haber una menor cantidad disponible del recurso, el precio medio marcó 0,45 euros por los 0,36 euros registrados en 2017, según los datos provisionales consultados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

El jurel se convirtió en la especie más importante para el cerco gallego, tanto en el apartado de las capturas como en el de facturación. Durante el pasado ejercicio los puertos gallegos recibieron 32.277 toneladas de este pescado azul, un 14,2% más que la cantidad descargada en 2017, 28.258 toneladas. El impacto económico que dejó en las lonjas se incrementó un 12% ya que ingresaron 25,4 millones de euros por los 22,7 millones de hace dos años.

Otra especie que dejó mejores registros que en 2017 fue la caballa. Los centros de primera venta de Galicia vendieron el pasado año 10.810 toneladas de xarda por 11,9 millones de euros a una media de 1,11 euros el kilo, frente a las 8.275 toneladas y 8 millones de euros de 2017, cuando el precio medio fue de 0,98 euros el kilo.

La anchoa también cerró el pasado ejercicio con mejores cifras en cantidad y valor que en 2017. La flota descargó 4.162 toneladas por las 1.174 de hace dos años, más del triple de cantidad. Los ingresos también crecieron, aunque no tanto como las capturas. El pasado año las lonjas facturaron más del doble ya que ingresaron 5,6 millones de euros por los 2,1 millones de 2017.

La difícil situación de la sardina repercutió en las capturas del cerco. Durante 2018 los puertos gallegos recibieron 2.480 toneladas, una caída del 28% ya que hace dos años subastaron 3.453 toneladas. La facturación descendió un 19%: 4,8 millones de euros por los 5,9 millones de 2017.