El pasado miércoles la Comisión Europea planteó las primeras medidas de contingencia para la flota pesquera que se vería afectada en caso de que se produzca un Brexit sin acuerdo. Estas pautas incluyen ayudas económicas a cargo del Fondo Europeo Marítimo de Pesca (FEMP) y el acceso recíproco a los caladeros (que los barcos europeos faenen en aguas británicas y los ingleses en caladeros comunitarios). Estas dos alternativas se extenderían desde el próximo 30 de marzo hasta finales de 2019. El presidente de la asociación PescaGalicia-Arpega-O Barco -que cuenta con cerca de 20 embarcaciones angloespañolas-, Juan Carlos Corrás, sostiene que estas medidas no dejan de ser una media solución, aunque considera que son positivas para los afectados.

Corrás señala que esta es una forma de paliar las posibles consecuencias que sufrirá la flota europea, aunque es "muy provisional y de última hora" ya que no se concreta como serán los repartos de las ayudas. El también presidente de la lonja de A Coruña espera que el abandono de Reino Unido no se salde con un aumento en el número de desguaces, ya que supondría una "pérdida social y económica".

Otro aspecto que cambiará en caso de producirse un Brexit sin acuerdo es el aumento de controles que tendrán que realizarse a los productos y el incremento de los costes. "Los trámites y las gestiones serán mayores, por lo que encarecerán también el producto. Económicamente vamos a salir perjudicados", lamenta el presidente de PescaGalicia-Arpega-O Barco.

La repercusión que tiene en Galicia y en la cornisa cantábrica la flota coruñesa que pesca en aguas británicas es "importante", ya que durante 2017 descargaron alrededor de 8.000 toneladas de pescado que fue subastado por cerca de 30 millones de euros.

El ministro de Pesca, Luis Planas, aseguró que esta propuesta es muy positiva para el sector.