Ramiro Sabarís explicaba poco después del accidente las circunstancias en las que ocurrió. "Ya teníamos la cuota del día y volvíamos hacia Bueu para descargar. Cuando estábamos dando la vuelta a Udra fue en el momento en el que un cabo se enganchó a la hélice del motor y nos quedamos sin gobierno. El mar nos acabó mandando contra las rocas", cuenta Sabarís. "Intentamos aguantar todo lo posible, pero al final ya no había nada que hacer", reconoce. "Teníamos los trajes de neopreno, así que al final saltamos y fuimos nadando a las rocas", apunta el patrón del Petrel.

"Por la mañana el mar estaba en buenas condiciones. Fue al volver a puerto cuando se levantó el viento y la situación empeoró", señala.