La flota de Gran Sol gallega ha iniciado el año de aplicación del llamado descarte cero con una oleada de dudas y unos precios muy por debajo de lo esperado. Los armadores han visto como en enero el valor medio de sus principales especies (merluza, rape y gallo) caían en más de un euro en las lonjas de la comunidad respecto al mismo mes del año pasado. Solo el mal tiempo ha provocado un pequeño repunte en las últimas jornadas, aunque el rape "continúa estancado". Todo ello justo en el año en el que más cuidado deben tener de sus capturas: desde el pasado 1 de enero se aplica para todas las flotas de la Unión Europea el descarte cero, la obligación de llevar a puerto todas las capturas que se realizan de especies en cuota. En el caso de A Coruña, los armadores continúan en un mar de dudas y desde la Asociación Provincial de Armadores de Buques de Pesca de A Coruña (Arpesco) están realizando un seguimiento para ver cómo se aplica la norma.

Las lonjas gallegas obtuvieron el pasado mes un total de 15,4 millones de euros por las ventas de merluza, rape y gallo, según los datos que recoge la Plataforma Tecnolóxica de Pesca. Esta cifra supone un 20% menos que en lo conseguido en el primer mes del año pasado pese a que la cantidad que se puso en el mercado fue muy similar: 3.346 toneladas en 2018 y 3.324 este año.

El motivo de esta amplia diferente está en los precios medios que marcaron las tres especies de la flota gransolera (y del arrastre de litoral). La merluza, la principal por volumen de descargas, se vendió el pasado mes a 4,3 euros el kilo, más de un euro menos de lo que costaba hace un año (5,4 euros el kilo). "Los precios cayeron sobre todo a finales del pasado mes, pero ahora se están recuperando", explica Manuel González, armador con tres barcos que faenan en el histórico caladero.

Los brotes verdes que señal González se esconden, principalmente, en el gallo (o rapante). Los poco más de 5 euros el kilo del pasado mes (más de un euro y medio menos que en 2018) han quedado atrás y algunos centros de primera venta han ido remontando. "Con estos días de mal tiempo los precios subieron. Falta que mejore el rape, que está estancado", apunta el armador. En el caso de esta última especie, el precio pasó de 6,86 en el inicio del pasado curso a los 6,2 que marcó como valor medio en enero.

Arpesco descarta que la aplicación de la obligación de desembarque tenga relación con la caída de los precios. Sin embargo, sí recuerdan que la normativa sigue creando "muchas dudas" entre los armadores, que ya están trayendo a puerto las capturas no deseadas pero que, en base a la norma, ahora no pueden devolver al mar. "El sector no está preparado par la normativa y la Administración tampoco. Sigue habiendo lagunas en ciertos aspectos. Hay mucha inquietud y problemas por resolver", señala la asociación.