El tercer mes de la campaña de la centolla dejó una caída no solo en las descargas de la especie, sino también en su facturación. Los puertos gallegos recibieron desde el inicio de la temporada -que se produjo el 12 de noviembre- hasta el 12 de febrero 376 toneladas de la especie, un descenso del 6,1% ya que el año pasado en el mismo periodo la flota había capturado 401 toneladas. Los ingresos generados por la subasta de esas 376 toneladas dejaron en las lonjas de Galicia 3,32 millones de euros, una caída de apenas un 1,3% ya que en 2018 los centros de primera venta habían facturado 3,37 millones, según los datos provisionales publicados por la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

Ante el descenso en el recurso extraído por los pescadores, el precio medio de la centolla subió ligeramente ya que roza los nueve euros el kilo, por los 8,4 euros que se pagó el anterior ejercicio por kilo subastado. El sector confirma que la campaña no está siendo como se esperaba. "Teníamos una expectativa más alta, pero conforme pasaban los meses fue bajando", lamenta el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez. Desde que la flota empezó a capturar la especie la evolución de la campaña fue para peor. "Empezó bastante bien, las primeras semanas hubo bastante cantidad, por lo que los precios eran más bajos. En el segundo mes las capturas de redujeron y se alargó la situación hasta ahora", señala Rodríguez, que apunta que está siendo "un mal año para la centolla".

El sector no encuentra explicación al descenso de la cantidad de centolla que hay. "Nos sorprendió que las capturas bajaran tanto. Se empezó a capturar más en profundidad, como viene siendo habitual, y se pensaba que en menos profundidad habría más recurso y en cambio no fue así. Puede ser que se desplazara más hacia fuera porque también hay que pensar que noviembre fue un mes duro meteorológicamente", subraya el presidente de Asoar-Armega.

Con todo, la flota de artes menores no pierde la esperanza de que la campaña dé un vuelco y mejoren las capturas, aunque es algo "complicado". "El mar tiene su ciclo y las especies dependen mucho del tiempo y de las temperaturas. De todas formas la época fuerte de la centolla es cuando se abre la campaña ya que es cuando hay más descargas", aclara Rodríguez.

Furtivismo

Las capturas de centolla realizadas fuera del cauce legal tuvieron su protagonismo, sobre todo al inicio de la campaña. El Servizo de Gardacostas de Galicia había incautado en los primeros quince días el triple de cantidad del recurso que en el mismo periodo de 2017. El dirigente de la flota de artes menores concreta que cuando más problemas hay con los furtivos es en el primer mes de capturas, e incluso antes de que los profesionales puedan extraer la especie. "Octubre es un mes con buen tiempo y ahí es cuando hay problemas por las descargas que suelen hacer muchos buceadores. Tenemos constancia y sabemos que sucede y es una época en la que la centolla está en montones grandes, por lo que es muy fácil capturarla", manifiesta Rodríguez.

A pesar de que la temporada de capturas de la especie no es como el sector esperaba, el crustáceo mantiene "una gran calidad, está en perfectas condiciones".