Luz Baz ejerce desde Galicia como inspectora de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), con la pesca como una de sus principales ocupaciones. "Pero me llevo muy bien con muchos armadores", recuerda sonriente desde su nueva oficina en el edificio Portocultura en Vigo. Desde agosto es coordinadora a nivel nacional de la actividad de la ITF.

-¿Qué supone el cargo?

-Es un reconocimiento y supone una oportunidad para intentar mejorar el trabajo. Estoy ilusionada y contenta porque tenemos la suerte de tener muy buena relación entre los compañeros.

-Empieza con una reunión con los inspectores del país en Vigo. ¿Qué objetivo tiene?

-Está en un plan para reunirse periódicamente y poner en común el trabajo que estamos haciendo, ver cuáles son los principales problemas o ver qué se puede mejorar. Aunque todo hay que decirlo, España es el tercer país en el que más dinero recuperamos para los tripulantes, solo por detrás de Australia y Rusia. Además aprovecharemos para homenajear al anterior coordinador, José Manuel Ortega, que se jubila.

-¿A qué se refiere con dinero recuperado?

-Uno de los problemas más habituales que llevamos en la ITF es el de los tripulantes que reclaman sus salarios, es decir, a los que se adeudan meses de sueldo por indemnizaciones, despidos, accidentes? Solo en 2017 recuperamos en España más de 2,4 millones de dólares [unos 2,1 millones de euros al cambio actual] para estas tripulaciones.

-Hace cuatro años hablaba en una entrevista de armadores serios y armadores no tan serios, ¿sigue existiendo esa realidad?

-Desde la ITF trabajamos sobre todo en marina mercante, pero no podemos decir que existan muchos armadores que sean precisamente de Galicia. En lo que se refiere a la pesca, la situación sigue siendo la misma: hay armadores que cumplen las normas y velan por los derechos de los trabajadores y hay otros que no. Sigue habiendo casos dramáticos y sí, he llevado casos de tripulantes (principalmente extranjeros) de barcos con armadores gallegos.

-Ya hace tiempo que la UE ratificó el Convenio 188, ¿se esperan cambios?

-Claro que se esperan y si se va a hacer un control va a haber cambios porque hay muchos barcos que no cumplen con lo mínimo.

-Lo mismo pasa con el acuerdo de Ciudad del Cabo sobre seguridad a bordo al que se acaba de adherir España, ¿no?

-Exacto. En este caso se habla de la seguridad y mira que siendo lo importante que es no sé por qué España se ha adherido tan tarde, no tengo esa respuesta, y más es un país armador. Pero de todas formas, tanto el 188 como este acuerdo hablan de mínimos, no es la panacea, con lo que no sé por qué no se hizo antes.

-¿Es insuficiente?

-Habría que mejorarlo por la vía de la negociación colectiva. El Convenio 188 habla de mínimos muy básicos que no están ni actualizados al siglo XXI.

-¿Qué opinión le ofrecen las agencias intermediarias de marineros extranjeros para las flotas pesqueras?

-Son organizaciones que actúan como mafias, que les cobran a los propios trabajadores una cantidad importante para conseguir el trabajo. Es un vínculo que no se rompe. Y luego que no siempre es transparente la oferta de trabajo o muchas veces genera confusión en los trabajadores, que no saben ni a quien tienen que pedir el salario. A veces incluso van contra el armador, pero es la agencia la que no les da el dinero que ya abonó antes el dueño del barco.

-¿No hay forma de frenar esto?

-Tiene que haber forma, pero hay un desconocimiento muy grande de la legislación y de las prácticas. Pienso que en España y en Galicia hay un desconocimiento importante sobre el mar y los trabajos del mar.

-¿Se ha encontrado algún caso grave recientemente?

-Siempre te encuentras casos como en los que hay tripulantes que desaparecen en un barco y no figuraban en el rol, o cuando se hunde y desaparecen? ¿Quién les paga? ¿Qué pasa con sus familias? Y claro, no hay documentación. ¿Cómo demuestras que esa persona estaba trabajando en el barco? Son situaciones difíciles.

-¿Cuál cree que puede ser la solución?

-La solución pasa porque haya una legislación internacional suficiente y controles rigurosos de su aplicación. Entiendo que hay un problema de competencia desleal: si hay esas empresas serias de las que hablamos no es justo que compitan con los otros. Tiene que haber sanciones. Y luego desde el punto de vista de la protección del trabajador sigo pensando que tiene que haber convenios colectivos.

-A España se le está reconociendo en los últimos años su lucha contra la pesca ilegal. ¿No tiene relación con esto?

-Hacen una labor extraordinaria y ejemplar, pero está muy relacionado con el trato a los trabajadores. La sostenibilidad tiene que ser integral, es decir, además de la protección del medio y de las especies hay que proteger a los trabajadores, el aspecto socioeconómico. Porque se habla todos los días de que no hay gente joven que quiera ir al mar, pero lo que no puede ser es que se quiera traer trabajadores extranjeros con peores condiciones con esa justificación. Y creo que ese riesgo existe.

-¿Cuál es el siguiente paso del a ITF? ¿Profundizará en la pesca?

-Se está haciendo. Hace dos años se celebró una reunión de inspectores especializados en pesca en Vigo y en Tailandia estamos ayudando a que crezca un sindicato importante en la pesca. De nada sirve que la ITF diga algo desde Londres si no hay ese germen local. Luego a nivel español hay reuniones entre los sindicatos nacionales y la patronal Cepesca para crear un convenio colectivo y desde la ITF estamos pendientes de saber qué van a hacer con estos trabajadores extracomunitarios, para que se haga de manera legal y que cuando sea así que tengan condiciones decentes y mejores.