La flota de Gran Sol gallega está inquieta. A veinte días de la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea todavía no hay acuerdo para la salida, lo que puede dar lugar a un Brexit duro que supondría la salida de los buques comunitarios de aguas inglesas. Pese a que supondría un revés, los barcos gallegos encontrarían "acomodo" en aguas irlandesas, donde se concentrar el grueso de las capturas del histórico caladero. Sin embargo, los armadores temen un efecto dominó: los barcos comunitarios que ya no puedan pescar en aguas británicas se pasarán también a las irlandesas, provocando un "colapso" del caladero.

Dueños de gransoleros gallegos temen que unos "300 barcos franceses" pasen a compartir el caladero. "Y todo ello coincide con la norma de descartes. El resultado será que se traerá menos producto", resumen los armadores.