Mayor seguridad para los que van a bordo, pero también para la prestación de un servicio hoy en día imprescindible en la mar. Esto es lo que depara la inversión por parte de la Xunta de algo más de 10 millones de euros en la construcción de cinco nuevas patrulleras destinadas al Servizo de Gardacostas. La primera de estas patrulleras ya fue entregada a Gardacostas, la segunda está en vías de construcción, otras dos ya fueron adjudicadas y la quinta sustituirá en 2020 como patrullera de altura a la ya casi obsoleta Paio Gómez Chariño.

Polivalentes y, sin duda, necesarias. Como lo son también los nuevos responsables de un servicio que, de no existir, habría que "inventarlo" porque se ha visto a lo largo de estos últimos 30 años que es muy necesario y no solo para la vigilancia y control de la pesca y el marisqueo sino como complementarias en respuesta a cualquier contingencia que se produzca en la mar. Galicia tiene una amplia experiencia y sabe de qué habla cuando afronta una situación de emergencia marítima. No es una cuestión baladí que renueve una parte sustancial de la flota de patrulleras dependientes de guardacostas porque realmente hacen falta. Es un refuerzo ineludible porque confiere seguridad al propio servicio y a las tripulaciones.

Este refuerzo mantiene a Gardacostas de Galicia en un primer nivel de atención que se complementa perfectamente con el que el Estado español aporta a la costa gallega. Y aunque hay quien da por hecho que la transferencia de estas competencias al Gobierno autónomo de Galicia daría una mayor fiabilidad en cuanto a la respuesta a esas emergencias citadas me reafirmo en que lo verdaderamente importante es la inmediatez en la respuesta, que esta sea la adecuada en cualquier circunstancia y que cualquier navegante se sienta seguro en un medio tan inestable como es la mar.

Reconociendo las peculiaridades de la costa gallega y el intenso tráfico que se genera cada día, es de reconocer que los medios de que se disponen -siempre insuficientes- deparan una cierta tranquilidad a las familias marineras.

Ojalá todo ello permita reforzar la seguridad en las distintas dársenas, entre esta, la de Malpica, donde también se demanda una urgente intervención para poner fin a las constantes situaciones de peligro que se producen.