La cría de pulpo ha sido siempre un desafío para los investigadores. Codiciado y escaso, es la especie con la que muchas pesqueras gallegas lograron entrar en mercados complicados como el nipón o el norteamericano. Se antojaba una quimera hasta que equipo de investigadores del Instituto Oceanográfico de Vigo (IEO), con sus homólogos de Tenerife, anunció en noviembre que habían logrado reproducir esta especie en cautividad. El proyecto fue apadrinado por Nueva Pescanova, que rápidamente se hizo con una opción preferente de licencia de la patente sobre estas investigaciones. Aquellos pulpos se han hecho mayores; cincuenta de ellos han cumplido ya ocho meses de vida, con un peso de entre 1,2 y 2 kilogramos. Son los primeros pulpos probeta del mundo que alcanzan un tamaño óptimo para su comercialización. Contar con capacidad de producción de una especie tan demandada supondrá un cambio radical en la industria, similar a la irrupción del langostino vannamei „permitió democratizar y desestacionalizar su consumo„ o los salmónidos. Hasta 2013 la multinacional contaba con dos filiales de salmón, Acuinova y Nova Austral (Chile), que perdió durante el concurso de acreedores. Se desprendió también de la macroplanta de rodaballo en Mira (Portugal), cuya producción ha asumido ahora su mayor competidora en este segmento, Stolt Nielsen.

Será a finales de año cuando Nueva Pescanova culmine la construcción de su centro de investigación acuícola, el Pescanova Biomarine Center, con el que pretende mejorar los procesos de nutrición de las especies y, a corto plazo, entrar en la cría y engorde de lenguado. A futuro es donde prevé su inmersión en el pulpo „los avances del IEO le han dado un acelerón„, además de en otras especies como la sepia, el camarón, carabinero o el mero. Así figura en el plan estratégico Todos a Una 2016-2020, en el que la cría de especies juega un papel fundamental. Un dato: según la FAO la comercialización para consumo humano de pescado criado en cautividad superará al de pesca extractiva en solo dos años. De nuevo China, y otros países asiáticos como Tailandia o India, jugarán un papel determinante en el statu quo mundial.

Lo que no ha podido alcanzar Nueva Pescanova son los objetivos económicos fijados en el mismo plan a 2020, según los datos difundidos después de la reunión del consejo de administración. La compañía cerró el pasado ejercicio con un volumen de ventas de 1.008 millones de euros, por debajo de las cifras del ejercicio anterior y lejos de los objetivos. Estos pasaban por rebasar unas ventas de 1.200 millones, y un resultado operativo (Ebitda) superior a los 100; se quedó en los 75, con lo que previsiblemente el incremento salarial pactado el año pasado con la plantilla no incluirá la parte variable sujeta a la consecución de las metas propuestas. Sin tener en cuenta los extraordinarios „agregó la compañía„, la comercialización se elevó en un 5%. El beneficio neto del grupo consolidado fue de 5,4 millones.

Lo que sí superó en cuanto a las metas fijadas en el plan estratégico fue la inversión, que alcanzó los 41 millones (frente a los 32,2 estimados inicialmente). La razón es triple: una mayor apuesta por el vannamei, con el incremento de su participación en la india Abad Overseas; la compra de la sudafricana Unickfish, especializada en retail; y la dotación para construir tres plantas de sushi en alianza con Kabuki (en Castilla y León, Andalucía e Islas Canarias), con la que creará unos 300 empleos. También desembolsó el primer hito del contrato con Armón Vigo para la construcción de un arrastrero fresquero para Namibia y un marisquero para Mozambique. Nueva Pescanova ha dado por concluidas además las desinversiones de los llamados activos no estratégicos, proceso con el que se deshizo de Harinas y Sémolas del Noroeste (Hasenosa, ahora de la irlandesa Kerry), la fábrica de piensos Balnova, la filial Nova Honduras y varias instalaciones frigoríficas.