Iván Carreño salió elegido el pasado octubre como patrón mayor de la cofradía de Portosín. El principal problema al que se enfrenta la flota es la escasez de cuotas disponibles. El inicio de año es complicado por la dificultad para faenar, lo que ocasiona una importante pérdida económica.

¿Qué le llevó a presentarse de nuevo al cargo?

Me llevaron los votos [risas] porque no me presenté este año, pero los votos al final son los que mandan. No hubo candidatos, entonces sí que dije que me presentaba y los votos fueron todos para mí. Y volví otra vez.

Su primera vez como patrón mayor fue tras una situación complicada.

Sí, porque el patrón que había salido elegido en la anterior legislatura dimitió y yo estaba de segundo vicepatrón. Nadie quiso asumir el cargo y como yo llevaba mucho tiempo ligado a la cofradía, ya fuera en juntas generales o en el cabildo y sabía cómo iban las cosas, me decidí. El pósito no iba a quedar desamparado, hacía falta un patrón mayor y di el paso entonces. Y aquí seguimos.

¿Cómo fue el haber asumido el mando por primera vez cuando ya estaba empezada la legislatura?

Fue tranquilo en los asuntos relacionados con el puerto y la cofradía. Después, en temas de gestiones y lo relacionado con este ámbito siempre hay problemas, sobre todo con las cuotas. Y eso se traslada a las cofradías, pero ahí ya no podemos hacer nada. Pero el trato entre nosotros, entre los compañeros va bien, donde sí hay problemas es con la Administración ya que no nos hacen caso.

Teniendo ya esa experiencia detrás y sabiendo lo que es dirigir una cofradía, ¿cómo afronta estos cuatro años?

Hasta el día de hoy, comparado con el año pasado, las ventas bajaron bastante. Hablo de una caída de un 60% porque tuvimos mal tiempo, la climatología nos azotó bastante fuerte. Empezamos a trabajar en febrero y fue una época mala. Con el mal tiempo los barcos se tuvieron que trasladar a la zona de A Coruña para trabajar. Contamos con una veintena de embarcaciones grandes: casi la mitad nos vimos obligados a trasladarnos a Coruña, donde hacía mejor tiempo y había un poco más de recurso. Por lo tanto, afrontamos estos años con calma, a la espera de que lleguen tiempos mejores. Esperemos que vengan los jureles, que nos dejen pescar la sardina y esperemos recuperar un poco el movimiento en nuestra cofradía.

¿El pasado año resultó también complicado para la cofradía de Portosín?

Sí, aunque esperamos que este año mejoren las cosas. Ahora empezará a venir el jurel, después se abrirá la sardina y en verano es una época en la que hay bastante recurso y tiene buen precio. Esperamos levantar la cabeza, que hace falta, no ya por la cofradía sino por los marineros. Ahora hay días muy malos. Hablamos de semanas en las que los barcos apenas pescan porque no hay a dónde ir. Antes la caballa ayudaba mucho. Ahora casi no tenemos cuota. ¿Y qué haces? ¿La coges ahora cuando va a 80 céntimos o la cojo más adelante cuando haya menos cantidad y el kilo te vaya a dos euros? Pero también es arriesgarte porque ahora en el País Vasco hay xarda, pero quizás después no y te quedas sin capturar la cuota. Hay que arriesgar.

¿Cuál es la situación económica del pósito?

Nos falta el balance de este año, pero más o menos nos estamos manteniendo. Nos tenemos que apretar el cinturón porque vienen momentos duros. Subrayo que desde el pasado 1 de enero hasta hoy, perdimos 750.000 euros en comparación con las mismas fechas de 2018. Y la cofradía es muy solidaria ya que colaboramos con muchas organizaciones, con las fiestas de Portosín? Y después también tenemos los gastos. Este año hicimos ropa de agua a los socios, y es dinero que se va marchando. Si este año sigue así las cosas serán complicadas, 750.000 euros menos en apenas tres meses ,es mucho dinero.

¿Estas dificultades que tienen ahora están vinculadas al mal tiempo?

Sí, ahora mismo sí. La semana pasada por la zona de A Coruña estuvo malo. Hoy [por el jueves] estuvo calmado, pero tampoco se vio pescado. Sardina sí se ve, pero jurel no. Los barcos pequeños no llevan una caja de jurel a tierra. La caballa aún no llegó aquí, todavía no bajó del Cantábrico, se retrasa. De aquí a 15 días esperemos que cambie la situación, aunque no tenemos muchas expectativas para esta semana porque vuelve el mal tiempo. Así que se prevé otra semana a cero.

¿A qué dificultades debe hacer frente?

Hay falta de cuota, por eso los barcos no se desplazan para coger cuatro xardas, la sardina cada vez la reducen más? En la época de mi padre cada día pescaban 6.000 kilos diarios de pescado, ahora tienes una cuota asignada de 200 toneladas y con eso tienes que tirar todo el año. Ese es un problema muy grande que tenemos. También le pedimos a la Administración que drague el muelle porque los barcos andan a rastras, pero nada. El tema de cerrado del muelle tampoco, ni el saneamiento del espigón o asfaltado. Tienen los puertos abandonados, pero no solo en Portosín sino en más sitios. En cambio, los clubes náuticos los tienen muy bonitos, impecables. Que me parece bien, pero están descuidando el sector de la pesca totalmente.

¿Tiene previsto algún proyecto para realizar a lo largo de estos años?

Queremos hacer una nave grande para las mujeres rederas, que estén cómodas trabajando. Le pedimos a la Administración ayuda, y por ahora no contesta. Otro proyecto que queremos conseguir es el dragado del muelle y la ampliación del espigón porque los barcos cada vez son un poco más grandes y no cabemos todos en Portosín. Y también que se cierre el puerto para evitar los robos.

Viendo la situación en la que se encuentra la pesca, ¿cómo ve el futuro del sector?

La situación está cada vez está peor, eso es incuestionable. Esto lo digo desde mi experiencia, por el tiempo que llevo en el mar. Entre cuotas y otros temas la situación no ha hecho más que empeorar. Soy un trabajador de 38 años y no sé si aguantaré en el sector. La gente ahora no invierte en un barco, hay alguno que sí se arriesga, pero la mayoría lo que quiere es vender. Los chavales jóvenes no quieren andar al mar, además ahora cada vez te exigen más. Ahora tienes que hacer unos cursos que te valen 450 euros cada uno. Un chaval que sale de estudiar no se puede permitir un curso, cuando antes eran gratis.