La Comisión Europea transmitió al sector palangrero gallego que puede volver a operar en los puertos chilenos más de 25 años después. Pese al ánimo que muestra Bruselas para "comprobar sobre el terreno" la experiencia de regresar a los muelles del país sudamericano, los armadores de los cerca de 30 buques que capturan pez espada y tiburón en el Pacífico recelan de los requisitos exigidos por parte del Gobierno chileno. En concreto, se niegan a tener que entregar información confidencial sobre sus mareas, una exigencia a la que no se ven obligados en otros puertos. En la actualidad la flota opera principalmente en Callao (Perú), mucho más al norte y, por lo tanto, con unos gastos operacionales más altos.

El plácet del Gobierno de Chile llegó al sector a través de una misiva remitida al Consejo Consultivo de Flota de Larga Distancia (LDAC), que publicó el mes pasado. El presidente del LDAC, el vigués Iván López, solicitó aclaraciones sobre el acceso a los puertos del país por parte del palangre de superficie comunitario. En la respuesta, el director general de Asuntos Marítimos y Pesca, João Aguiar Machado, aclaró que "de acuerdo con la información aportada por Chile, ya no existe ningún impedimento político para la descarga de pez espada en puertos chilenos".

En la misiva, el portugués explicó que "la cuestión" fue tratada en enero de 2018 "en el Diálogo de Alto Nivel (HLD) entre la Comisión Europea y Chile". En ese encuentro el país sudamericano informó que ya formaba parte de la Comisión Internacional del Atún Tropical (Iattc, en inglés) como parte colaboradora y que eso "allanaba el terreno para la supresión de cualquier restricción política" relativa a la descarga de pez espada por parte barcos extranjeros.

Según Aguiar Machado, la Comisión Europea se puso en contacto con las autoridades chilenas para obtener la confirmación. Éstos indicaron que los requisitos se recogen en su legislación y pasan por facilitar coordenadas de posición para la última marea en caso de que el sistema de posicionamiento no sea compatible con los que maneja el Centro de Control de la Pesca de Chile. Además, se debe informar de todas las capturas y no solo de aquellas que se hayan descargado. "Por consiguiente, animaría a la flota comunitaria correspondiente a comprobar sobre el terreno las condiciones descritas por Chile", resumió el portugués.

Sin embargo, los armadores consultados por este periódico insisten en que "no se pueden aceptar propuestas diferentes a las que piden otros puertos" y que "no tienen por qué dar datos confidenciales" sobre las mareas. Además, recuerdan que uno de los principales problemas es la "fuerte oposición" de la flota artesanal que se dedica a la pesca de pez espada en Chile.