Ingenieros de la Universidad de California en Irvine (UCI), inspirados en el diseño de la piel de los calamares, desarrollaron una manta espacial adaptativa que brinda a los usuarios la capacidad de controlar su temperatura. La innovación se detalla en un estudio publicado ayer en Nature Communications. "Las mantas espaciales ultraligeras han existido durante décadas: hay corredores de maratón que se envuelven en ellas para evitar la pérdida de calor corporal después de una carrera, pero el principal inconveniente es que el material es estático", asegura el coautor del trabajo, Alon Gorodetsky.

El investigador indica que el equipo de ingenieros logró crear "una versión con propiedades modificables para que se pueda regular la cantidad de calor atrapado o liberado". Para el trabajo tomaron señales de diseño de varias especies de calamares, pulpos y sepias que utilizan su piel adaptativa y dinámica para prosperar en ambientes acuáticos. La capacidad única de un cefalópodo para camuflarse cambiando rápidamente de color se debe, en parte, a las células de la piel llamadas cromatóforos que pueden cambiar instantáneamente de puntos diminutos a discos aplanados.