El erizo de mar aumenta año a año su presencia en las lonjas gallegas, ya no solo en la cantidad subastada, sino también en los ingresos que genera. La mayor parte de las cofradías que tienen un plan de explotación de este equinodermo empezaron a extraerlo en enero „en Aguiño, sin embargo, se inició en febrero„ y finalizaron la primera parte de la campaña a finales de abril „muchas retomarán las capturas en octubre o diciembre, según su plan„. En este periodo, los centros de primera venta ingresaron 3,6 millones de euros, un incremento del 27,4% con respecto al año anterior, cuando se habían generado 2,8 millones.

La cantidad subastada también se incrementó, aunque en menor medida. Los puertos gallegos recibieron hasta el 30 de abril 506 toneladas de erizo de mar por las 455 toneladas del pasado año, un crecimiento del 11,3%, según los datos provisionales consultados en la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. A pesar de haber más cantidad de este equinodermo en el mercado, su precio se elevó hasta los 7,2 euros el kilo, alcanzando el máximo histórico al superar los 6,3 euros el kilo registrados al cierre del 2018, un 14% más.

El sector explica este aumento del precio de la especie por su mayor calidad y la creciente demanda del producto. "Cada vez se conoce más el erizo de mar, sobre todo en el ámbito culinario", apunta el patrón mayor de la cofradía de Aguiño, José Antonio Santamaría. "En Asturias esta especie estuvo cerrada algunos años, y también hay sitios en Galicia en los que escasea, lo que influye en el aumento del precio", indica el presidente de la bajura de la cofradía de A Coruña, Joaquín San Miguel.

El centro de primera venta de Aguiño fue el que más equinodermo subastó en este periodo, 94,2 toneladas, aunque en 2018 había comercializado 113 toneladas (una caída del 17%). A pesar de esta caída, el dirigente de la cofradía califica la campaña como "muy buena", ya que la facturación ascendió a los 724.857 euros. "Conseguimos que los trabajadores se involucraran y cogieran un tamaño más grande. En vez de los 55 milímetros que estipula la consellería lo aumentamos a 60, lo que ayudó a los precios. Bajaron los kilos capturados, pero a nivel económico se hizo más", celebra Santamaría, que añade que lo "verdaderamente interesante es que se extraiga menos y se gane más". El mal tiempo impidió que los mariscadores de Aguiño pudieran salir los 40 días fijados entre febrero y abril, por lo que esperan recuperarlos en diciembre.

Aumenta el furtivismo

El representante de la bajura coruñesa señala que la primera fase de la temporada de extracción del erizo "fue positiva", aunque se toparon con un factor inesperado, la presencia de pescadores furtivos. "En estos meses vimos cómo aumentó mucho el furtivismo. Se centran en las zonas donde está la cría", lamenta San Miguel, que añade que antes no hacía falta vigilancia porque no había tanta actividad ilegal. "Desde enero empezaron a extraer masivamente. Ni Gardacostas ni la Policía Autonómica dieron a basto. Se llevaron tanto que no sabemos cómo afectará", subraya el portavoz de la cofradía coruñesa.

Entre enero y abril los pescadores de A Coruña trabajaron 40 días de los 50 que tienen establecidos en el plan de explotación. El resto se reservan para el mes de diciembre, que cerrará la campaña.