El Servizo de Gardacostas de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, dispone ya de su segunda patrullera „de las cinco previstas en el proceso de renovación parcial de su flota„ con las que afrontar tareas de inspección y vigilancia pesquera, control y apoyo a la flota, colaboración en operaciones de búsqueda y salvamento y participación en actividades de lucha contra la contaminación marina.

Un paso importante, sin duda, ya que el estado de la flotilla de patrulleras no es, ahora mismo, el más adecuado para la prestación de un exigente servicio en un mar, el gallego, nada fácil de navegar.

La recepción de esta embarcación „como aconteció recientemente con su homónima Punta Promontoiro„ es uno de los pasos administrativos obligatorios para la entrada en funcionamiento de esta embarcación. La patrullera ligera, entregada el pasado día 11 de abril a la Xunta es la Punta da Guía. Sustituye a la Barbanza y tendrá su base en el puerto de Vigo.

La nueva embarcación, al igual que las otras cuatro de nueva factura, es de tipo monocasco. Tiene una eslora de 17 metros, por 5 de manga y con un calado de 0,9 metros. Alcanza una velocidad máxima de 36 nudos (33 en velocidad de crucero) y dispone de una autonomía mínima a 19 nudos de 553 millas.

La renovación de este parque de patrulleras es esencial si, como cabe esperar, las operaciones en las que han de intervenir van a ser las indicadas. El mar, en la costa de Galicia, es muy exigente. Decirlo es, en la práctica, una obviedad, pero viene a cuento si tenemos presente que, conocedores suficientemente de los peligros que acechan a estas patrulleras en circunstancias como las de búsqueda y salvamento o lucha contra la contaminación marina, han de emplearse muy a fondo y, muchas veces, sin tener demasiado en cuenta la seguridad propia. Por esto llama la atención que, habiendo dado pasos la Administración autonómica para disponer de los medios que garanticen al máximo esa seguridad, haya dotado a alguna de sus patrulleras de un sistema de reflotación como es el gallego Kafloat, de cuya idoneidad parecía no existir duda pero que, curiosamente, en esta serie de patrulleras no se ha tenido en cuenta.

Desconozco el motivo, pero a tenor de los resultados de las pruebas efectuadas, ese sistema citado parece garantizar la flotabilidad de una embarcación que ha resultado con inundación más o menos grave. Que las nuevas patrulleras carezcan de un sistema que supongo probado y que puede contribuir decisivamente a la salvación de vidas humanas por esa su respuesta segura ante una posible pérdida de flotabilidad de la embarcación, deja dudas en torno a un producto que, siendo gallego y que ha sido patentado en distintos países del mundo, no parece sin embargo viable para las unidades dependientes del Servizo de Gardacostas de Galicia.