Sesenta años después de haber iniciado en los puertos de Ribeira y A Pobra do Caramiñal un incipiente tráfico de túnidos congelados destinados a la entonces todavía floreciente industria conservera, el ente público Portos de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, da un paso que debe ser decisivo en su historia con la puesta en marcha de una operativa portuaria de contenedores: una nueva línea de trabajo que permitirá, de entrada, incrementar la actividad portuaria en ambos municipios arousanos.

Portos de Galicia tramita ya „según informa la Consellería„ ambas concesiones administrativas. Estas serán de larga duración y permitirán otros tantos recintos de contenedores refrigerados. Estos funcionarán como cámaras de almacenaje transportables con solo engancharse a cabezas tractoras de camiones cuando, hasta ahora, la línea habitual de trabajo partía de las cámaras frigoríficas de los buques a los camiones y, de aquí a las factorías de elaboración como conservas de los túnidos transportados desde los caladeros o puntos de encuentros de los atuneros con los buques mercantes encargados de la recepción, transporte y descarga de las capturas.

Las nuevas concesiones administrativas que tramita Portos de Galicia operarán en los puertos señalados merced a una inversión por parte de las empresas responsables de su instalación de aproximadamente 600.000 euros.

Los contenedores refrigerados se utilizarán para almacenar y transportar los túnidos, con lo que se genera un valor añadido en la trazabilidad del producto, a la vez que se facilitan las condiciones de trabajo de la industria conservera de la zona, una de las más importantes de la comarca que aglutina hegemónicamente el tráfico de túnidos del complejo portuario autonómico.

A finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo pasado, la llegada a los puertos de A Pobra y Ribeira de los mercantes y los atuneros „especialmente de la armadora vasca Albacora„ deparaban en ambas localidades un inusitado tráfico de camiones con atunes congelados destinados en Ribeira a los frigoríficos de Frinsa y, en A Pobra, a las cámaras frigoríficas que la propia Albacora tenía aquí instaladas. En ambos puertos se pretendió, hace años, montar líneas frigoríficas de almacenaje de túnidos, algo que no se logró por la carencia de espacio suficiente e incluso una cierta oposición de los armadores de pesca locales. La operativa portuaria de contenedores diseñada obvia aquel rechazo y facilita a la industria conservera dar continuidad a la cada vez más necesaria trazabilidad del producto.